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20 de abril de 2024

Benito Mussolini

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Cuando Mussolini quiso suprimir la festividad y el recuerdo del Primero de Mayo

El 20 de abril de 1923 Benito Mussolini decidió abolir esa festividad

Nos encontramos a finales del siglo XIX en Chicago. Es sábado 1 de mayo de 1886. Se produjo una huelga general para reivindicar las ocho horas laborales. El 4 de mayo en el Hay Market de Chicago, el sindicalista Rudolph Schnaubelt lanzó una bomba a la policía. Aquel suceso provocó la muerte de 38 personas y 200 heridos. Aquellos hechos de Chicago se conmemoran anualmente el 1 de mayo. Sin embargo, el 20 de abril de 1923 Benito Mussolini decidió abolir esa festividad. ¿Por qué?
En el momento en el que Mussolini subió al poder en Italia había el Partido Socialista Unitario, el Partido Comunista, el Partido Popular y el Partido Fascista. Desde el principio atacó a sus antiguos compañeros socialistas y les enviaba a sus camisas negras. Los sindicalistas tampoco se escapaban de los ataques fascistas. Cuando el Rey Víctor Manuel II lo nombró primer ministro, para demostrar su fuerza, hizo que los camisas negras desfilaran por las calles de Roma. Es lo que se conoce como la gran marcha sobre Roma, que fue puro teatro, pues Mussolini llegó al poder pacíficamente y él quería hacer ver lo contrario. Esto es, que fue por la fuerza.
Una vez en el poder quedó derrocado el movimiento obrero y los sindicatos empezaron a trabajar en la clandestinidad. La agresividad se antepuso por encima de cualquier diálogo. Mussolini necesitaba establecer el terror para hacer fuerte su dictadura. En los primeros tiempos 50 miembros del parlamento fueron agredidos y 3 asesinados.

La agresividad se antepuso por encima de cualquier diálogo. Mussolini necesitaba establecer el terror para hacer fuerte su dictadura

Los primeros sindicatos vinculados al movimiento fascista se fundaron entre los años 1921 y 1922. En el Congreso de Bolonia de 1922 se fundó la Unión Federal Italiana de Sociedades. En 1924 se aprobaba el decreto de ley 64/24 que limitaba a los sindicatos no vinculados con el Partidos Fascista, a potestad de anular actos y controlarlos. Esto se conoce como Pacto de Chigi Palazzo. El socialista Giacomo Matteotti comentó que «el propio Mussolini ha creado con gran energía una forma de gobierno apoyado por la espada, por la violencia y la perversión política. La fuerza de sus camisas, el poder de sus seguidores suprimió la democracia en Italia». Poco tiempo después de pronunciar estas palabras, el 10 de junio de 1924, fue asesinado.
En 1925, por ley, se prohibieron todos los partidos en Italia, menos el Fascista. Así consiguió no tener oposición. Todo el mundo, sobre todo el funcionariado italiano, tenía que estar afiliado si quería seguir trabajando. El 2 de octubre de 1925 se firmó el Pacto Vidoni Palazzo. Lo formaron Cofiindustria y la Confederación de Sociedades Fascistas. Con el pacto quedó abolida la unión libre de trabajadores. La Ley Sindical Fascista 563/26 no limitaba la libertad de asociación de los trabajadores, pero en realidad si por el Pacto Vidoni, que solo reconoce como legal el sindicato fascista, siendo todos los demás ilegales.

En 1925, por ley, se prohibieron todos los partidos en Italia, menos el Fascista. Así consiguió no tener oposición

Esta ley, la 563/26, se dividía en 4 conceptos: la asociación y la organización sindical; el convenio colectivo; la huelga y el cierre patronal; y el trabajo judicial. Los sindicatos tenían como requisito que su naturaleza y su moral fuera conforme a la fe nacional. Todos los que no cumplieran el requisito no existían. Con lo cual no hacía falta ilegalizarlos, pues nadie los reconocía como tales. La misma ley incluye la organización de los sindicatos. Así estaban jerárquicamente estructurados con los gremios; se les atribuía la representación de todos los trabajadores; un sindicato para cada sector; tenían facultades de asesoramiento; se contemplaba el convenio colectivo; finalmente, la relación laboral entre los trabajadores y la empresa se regulaba mediante el artículo 2073 del Código Civil. Este decía…
«La denuncia del convenio colectivo debe ser de al menos tres meses antes de que caduque. Después de la denuncia, las asociaciones profesionales tienen, un mes antes de la fecha límite, previsto para la firma y el depósito del nuevo contrato colectivo de trabajo, en caso de haber resultado fallida la conciliación previsto en el art. 412 del Código de Procedimiento Civil puede ser sometida a la Corte de Trabajo para la formación de nuevas condiciones de trabajo»
Con respecto a las huelgas y el cierre patronal, de producirse, se proporcionarían multas tanto al empleador como a los empresarios. Las acciones sindicales solo les pedían llevar a cabo los sindicatos, no los trabajadores. Al respecto de todo esto decía Mussolini…
«El fascismo se opone por tanto al socialismo, para el que la unidad dentro del Estado (que amalgama clases en una única realidad económica y ética) es desconocida, que no ve en la historia nada más que la lucha de clases. El fascismo se opone igualmente al sindicalismo como un arma de clase. Pero cuando se trae dentro de la órbita del Estado, el fascismo reconoce la necesidad real que hizo surgir al socialismo y al sindicalismo, dándoles su debido peso en el sistema gremial o corporativo en el que los intereses divergentes se coordinan y armonizan en la unidad del Estado».
El sistema implantado por Mussolini fue imitado en España y Alemania. Al final de la Guerra Civil española el falangismo copió el sistema de intervencionismo estatal a nivel laboral, a través del Fuero del Trabajo. Se creó el Sindicato Vertical, que agrupaba a trabajadores y empresarios. Fuera de este sindicato todos los demás quedaron prohibidos. En la Alemania de Hitler se ilegalizó todos los sindicatos existentes. Empresarios y trabajadores pasaron a afiliarse al Deutsche Arbeitsfront, conocido como DAF, que era el Sindicato Vertical español. Se prohibió el derecho a la huelga y los cierres patronales. Tampoco podía llevarse a cabo negociaciones colectivas entre empresarios y trabajadores. En Italia, Alemania y España el Estado/Gobierno pasaba a tener todo el control sobre los sindicatos.
Teniendo en cuenta lo que hemos explicad, no nos ha de extrañar que Mussolini, un 20 de abril de 1923, decidiera suprimir el recuerdo del Primero de Mayo. Aquellos obreros de Chicago no formaban parte del sindicalismo fascista y, por ello, era normal que no se les recordara. De lo que no se habla, no existe. Y el sindicalismo antes de Mussolini no existía no se recordaba.
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