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03 de mayo de 2024

Captura de Northumberland por Marte, 1724 (en realidad el acontecimiento tuvo lugar en 1744)

Captura de Northumberland por Marte, 1724 (en realidad el acontecimiento tuvo lugar en 1744)

Picotazos de historia

Un episodio vergonzoso para la Royal Navy: la rendición del HMS Northumberland

De los ocho HMS Northumberland dos de ellos fueron capturados por el enemigo y otro transportó a Napoleón Bonaparte a su destierro en Santa Elena. Ahora permitan que les hable del último día de servicio en la armada británica de uno de ellos

A lo largo de la historia en la armada británica ocho navíos han llevado el nombre de Northumberland, o más correctamente HMS Northumberland. De estos dos de ellos fueron capturados por el enemigo y otro transportó a Napoleón Bonaparte a su destierro en Santa Elena. Ahora permitan que les hable del último día de servicio en la armada británica de uno de ellos.
El HMS Northumberland fue un navío de línea de tercera clase (esto es, entre 60 y 80 cañones repartidos en dos puentes y cubierta) que montaba 70 cañones y fue construido en los astilleros de Deptford en 1705 y, a lo largo de su dilatada vida, ha sufrido dos reformas: una en 1721 y otra en 1743.
El 8 de mayo de 1744, durante la Guerra de Sucesión austriaca, el vicealmirante Sir Charles Hardy estaba al mando de un escuadrón compuesto por once navíos de línea que patrullaban las aguas del archipiélago de las Berlengas, a la altura de Cabo Corveiro, frente a las costas de Portugal. Esa mañana avistaron una vela en el horizonte y Hardy destacó al HMS Northumberland para investigar su nacionalidad y destino. El Northumberland estaba bajo el mando del capitán de navío Thomas Watson, un oficial con una hoja de servicios impoluta, con capacidad y valor demostrados y gran experiencia personal en el mando de una nave.

Ese día el capitán había tomado su «medicina» para el dolor de cabeza y no estaba como para que le llevaran la contraria

Lamentablemente, en el servicio anterior el capitán Watson sufrió un accidente que le ocasionó una fractura de cráneo. La lesión tardó en curar y le dejó como secuela un permanente dolor de cabeza, que el buen capitán trataba con lingotazos de ron u otra bebida similar. La lesión también le dejó otra secuela y es que e capitán perdió el aguante frente a la bebida; una mínima cantidad de alcohol podía dejarle fuera de combate o transformarlo en un demente furioso. Watson tenía que haber sido dado de baja en la armada por causa de su lesión, pero en esos tiempos no había controles médicos, los capitanes de navío representaban un grado importante en la escala de mando y muy gorda tenían que liarla para poner en duda su capacidad. Ese día el capitán había tomado su «medicina» para el dolor de cabeza y no estaba como para que le llevaran la contraria.

Watson no envió señales informando del nuevo avistamiento, en su lugar se lanzó directo contra ellos desapareciendo de la vista del resto del escuadrón inglés

El HMS Northumberland se lanzó en persecución de la vela mientras el tiempo cambiaba y amenazaba con tormenta, afectando a la visibilidad. Hardy envió señales al Northumberland para que abandonara la persecución, pero este ignoró las señales y porfió en la caza. A sotavento del Northumberland, y bien lejos de Hardy que no podía verlas, aparecieron tres nuevas velas que correspondían a dos navíos de línea de 60 cañones cada uno y una fragata, todos franceses. Watson no envió señales informando del nuevo avistamiento, en su lugar se lanzó directo contra ellos desapareciendo de la vista del resto del escuadrón inglés.
A bordo del Northumberland había una actividad frenética pero desorganizada, no se había dado orden de despejar puentes y cubierta, lo que embarazaba las maniobras de la marinería, hasta que, por propia iniciativa oficiales de menor rango dieron las preceptivas órdenes. El enemigo estaba muy separado uno de otro, lo que hubiera permitido a Watson combatirlos uno a uno aprovechando su superioridad artillera. En lugar de ello arremetió con el que ocupaba la posición central mientras disparaba contra los otros dos.
Tal vez Watson «estuviera como las maracas de Machín», pero no era ningún cobarde. Durante algunas horas el HMS Northumberland combatió furiosamente hasta que una bala de cañón liberó al capitán Watson de sus dolores de cabeza. ¿Se acuerdan ustedes de la película Master and Commander? El libro se tradujo –y muy acertadamente– como Capitán de Mar y Guerra. Y es que un oficial de la armada podía reunir ambos mandos: el militar y el naval. Al caer el capitán Watson sus oficiales se negaron a asumir el mando y las funciones de este. En esa situación el piloto ante la inacción de quienes tenían que asumir la responsabilidad en combate, tomó la decisión de rendir la nave.

El peso de la ley cayó sobre el pobre cabeza de turco: el piloto que había rendido la nave por que nadie hacía nada

A su debido tiempo se abrió una investigación y hubo un consejo de guerra que dictaminó que el capitán Watson «había actuado de manera irresponsable y precipitada». Los oficiales que se negaron a asumir la responsabilidad del mando fueron absueltos de todo cargo, el peso de la ley cayó sobre el pobre cabeza de turco: el piloto que había rendido la nave por que nadie hacía nada. Este acontecimiento se consideró tan vergonzante que los buenos modales y la educación impedían que fuera mencionado en público.
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