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La fachada de la Tumba II

La fachada de la Tumba IIWikimedia Commons

Una nueva investigación reabre el debate sobre la tumba del padre de Alejandro Magno

Desde su descubrimiento en 1977, se ha puesto en duda la correspondencia de los restos óseos de Filipo II a la tumba II. La nueva investigación sugiere otra procedencia

En la necrópolis de Vergina se encuentran más de medio millar de túmulos funerarios entre los que destaca el Gran Túmulo, el lugar donde reposan los restos mortales de varios de los miembros de la dinastía Argéada cuyos miembros más célebres fueron Filipo II de Macedonia, que unificó a los griegos, y su hijo Alejandro Magno, quien derrotó al Imperio aqueménida y creó su propio imperio.

El Gran Túmulo fue descubierto en 1977 y en su interior se encontraron cuatro mausoleos con ricos ajuares funerarios e impresionantes frescos correspondientes a el rey Filipo II, su hijo recién nacido, su esposa Cleopatra, el de rey Filipo III Arrideo, y el de Alejandro IV (Tumba III), hijo de Alejandro Magno.

Fresco en la Tumba I: El rapto de Perséfone por Hades

Fresco en la Tumba I: El rapto de Perséfone por HadesWikimedia Commons

Según los trabajos realizados por el reputado arqueólogo griego Manolis Andronikos una de las dos cámaras funerarias abovedadas e intactas, la Tumba II, correspondía a Filipo II; sin embargo, algunos eruditos plantearon una hipótesis alternativa que establecía que dicha tumba pertenecía a Filipo III Arrideo. La discrepancia entre los expertos hizo que en aquel entonces estudiante de biología Andonis Bartsiokas comenzase su propia investigación para respaldar la hipótesis de Andronikos basada en la datación del ajuar recuperado en las tumbas y la que a día de hoy sigue siendo la versión oficial.

Pero para su sorpresa, el análisis que realizó sobre los restos óseos encontrados en la Tumba II y que publicó en la revista Science en el año 2000, concluyó de manera muy distinta. Tal y como recoge el Abc, descubrir que Andronikos estaba equivocado fue para él «traumático» pues «estaba convencido de que la Tumba II era la de Filipo» antes de iniciar su investigación.

Estudio centrado en los restos óseos

En los últimos años, las investigaciones para identificar la pertenencia de las tumbas se ha centrado en el análisis de los restos humanos más que en el de los objetos del ajuar funerario. Esta nueva perspectiva de investigación junto a los datos que nos aportan las fuentes historiográficas: sabemos las edades y condiciones físicas de los miembros de la dinastía Argédea en el momento de su fallecimiento; aclara la correspondencia de cada tumba.

Filipo II tenía una gran cicatriz en uno de sus ojos, cojeaba de una pierna debido a las heridas de guerra, unas lesiones que se reflejarían en los restos óseos encontrados en Vergina. Por su parte, Arrideo padecía una patología mental y era físicamente débil. Ambos fueron asesinados, pero Filipo II murió en el 336 a.C. y Arrideo fue enterrado en el 316 a.C. Hay que tener en cuenta que las Tumbas I y la IV fueron saqueadas y destruidas por el rey Pirro y sus galos. A pesar de ello, mientras que en la cámara funerario IV no se encontraron restos humanos, en la Tumba I sí fueron hallados huesos además de ajuar funerario.

El larnax dorado que se cree que pertenece a Filipo II

El larnax dorado que se cree que pertenece a Filipo IIWikimedia Commons

Por otro lado, algunos de los restos conservados en las Tumbas I y II muestran muertes violentas, pero los demás esqueletos hallados en la primera cámara funeraria corresponden a los de un hombre y una mujer, así como a los de un recién nacido. Con toda esta información contrastada con el análisis de los registros históricos Bartsiokas se alió con Juan Luis Arsuaga y Nicholas Brandmeir para poder extraer una exhaustiva información de los huesos de la Tumba I.

De esta manera, el equipo identificó los restos óseos hallados en la tumbas I con un hombre de unos 45 años y una fusión en los huesos de la rodilla. Además, el hecho de que el esqueleto del neonato haya aparecido en la Tumba I, refuerza la hipótesis de que los restos pertenecen a Filipo II, Cleopatra y su hijo recién nacido que fue el único neonato asesinado de la familia real macedónica.

Debate científico

Al publicarse el nuevo estudio de Bartsiokas en 2015 junto a Arsuaga y Brandmeir en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, que entre otras cosas afirmaba que los huesos encontrados en la Tumba I correspondían a Filipo II, su esposa y su hijo recién nacido; mientras que los restos recuperados en la segunda cámara funeraria, donde destaca la armadura que perteneció a Alejandro Magno y fue heredado, tras su muerte en Babilonia, por su hermano Filipo III Arriedo, el ministro de Cultura heleno mostró su absoluto desacuerdo con la minuciosa investigación de los expertos a través de un comunicado.

La postura del ministro Aristides Baltas provocó serias críticas al trabajo realizado por Bartsiokas, Arsuaga y Brandmeir que respondieron a éstas en una revisión de la investigación publicado el pasado mes de diciembre en la prestigiosa revista Journal of Archaeological Science Reports donde contestaron una por una a las dudas planteadas por el Ministerio de Cultura.

A pesar del resultado de la reciente revisión, el Eforato de Antigüedades de Emacia, que se encargar de los yacimientos arqueológicos de Vergina, al depender del Ministerio de Cultura mantiene la postura tradicional de que «los huesos cremados encontrados en el interior de la urna de oro de la cámara de la Tumba II de la Gran Tumba pertenecen al rey Felipe II», sin presentar contrargumentos a la investigación de Bartisokas, tal y como recoge el Abc. Como consecuencia no habrá cambio en la información proporcionada en los paneles del Gran Túmulo funerario de Vergina.

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