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El arqueólogo subacuático Marc-André Bernier examina el cofre de un marinero en el castillo de proa del HMS Erebus

El arqueólogo subacuático Marc-André Bernier examina el cofre de un marinero en el castillo de proa del HMS ErebusBrett Seymour / Parks Canada

Recuperan pertenencias de la tripulación del 'Erebus', el barco que viajó hasta el Ártico y nunca regresó

El equipo de expertos ha sacado a la superficie algunas de las pertenencias de la tripulación del navío, uno de los barcos de la fallida expedición al Ártico de Franklin en 1845

El reloj marcaban las diez y media de la mañana del 19 de mayo de 1845 cuando el Erebus y el Terror con 24 oficiales y 110 hombres a bordo pusieron rumbo al Polo Norte. Con anterioridad el habían participado en la exitosa exploración a la Antártida de James Clark Ross entre 1839-1843. Pero esta vez, en su nueva aventura con John Franklin al mando, no regresaría a casa.

La misión que se le había encomendado a Franklin era atravesar el Paso del Noroeste en el Ártico canadiense; sin embargo, la expedición devino en catástrofe después de que el Erebus y su gemelo, el Terror, quedaran atrapados en el hielo cerca de la isla del Rey Guillermo.

El recate con una «enorme precaución»

Los restos del Erebus fueron localizados en 2014 por una expedición canadiense en el estrecho Victoria, pero tuvieron que esperar hasta 2023 para reanudar los trabajos de recuperación. Ahora, casi dos siglos después, los arqueólogos submarinos de la Agencia Parques de Canadá han recuperado algunas de las pertenencias de uno de los barcos más famosas del siglo XIX.

Una pistola de la Royal Navy recuperada del cofre de un marinero localizado en el castillo de proa del HMS Erebus.

Una pistola de la Royal Navy recuperada del cofre de un marinero localizado en el castillo de proa del HMS Erebus.Brett Seymour / Parks Canada

Tras 68 inmersiones durante 12 días, los buzos han encontrado pistolas, artículos militares, calzado, frascos medicinales, monedas e incluso un termómetro intacto entre otros muchos artefactos. Los objetos fueron hallados en lo que se conoce como castillo de proa, el alojamiento de los miembros de la tripulación, así como en lo que se piensa que era la despensa del capitán Franklin.

En un comunicado de prensa, la Agencia de Parques de Canadá ha informado de los hallazgos realizados. «Se recuperaron objetos con enorme precaución que han de aportar más información acerca de la expedición de Franklin de 1845, incluida la tecnología naval, los trabajos científicos y que tipo vida se llevaba a bordo», han declarado los investigadores.

Por ello, este importantes descubrimiento no solo enriquece la comprensión de la expedición, sino que también ofrece una visión más cercana de los tripulantes que desafortunadamente murieron en el viaje.

El arqueólogo subacuático de Parks Canada Marc-André Bernier excava cuidadosamente un cofre de marinero en el castillo de proa (alojamiento de la tripulación) en la cubierta inferior del HMS Erebus, 14 de septiembre de 2023. Sostiene un frasco medicinal recuperado en una bolsa de artefactos.

El arqueólogo subacuático de Parks Canada Marc-André Bernier sostiene un frasco medicinal recuperado en una bolsa de artefactos.Brett Seymour / Parks Canada

Un misterio por resolver

A pesar de la nueva información que aportan estos descubrimientos, las circunstancias exactas que rodearon la desaparición de los barcos siguen siendo un misterio, y muchos de los detalles que se han recopilado ha sido a partir de historias orales de los inuit (los distintos pueblos que habitan en las regiones árticas de América del Norte).

La última vez que fueron vistos fue en agosto de 1845 y su desaparición se convirtió en uno de los grandes misterios de la era de la exploración victoriana. Entre 1848 a 1859 se organizaron varias operaciones de rescate. En una de ellas, mientras exploraban la costa ártica de Canadá, al sureste de la isla del Rey Guillermo, los rescatadores se encontraron con los inuits, que contaron algunas historias sobre los tripulantes del Erebus, además de darles algunos de los objetos personales de los marinos que aún conservaban.

Reliquias de la expedición de Franklin de 1845, del Illustrated London News, 1854

Reliquias de la expedición de Franklin de 1845, del Illustrated London News, 1854

Sería en 1859 cuando la búsqueda dirigida por Francis Leopold McClintock en 1859 descubrió una nota en la isla del Rey Guillermo donde se relataba que Franklin había muerto y que los barcos habían sido abandonados, aunque no daba ningún detalle al respecto. La búsqueda continuó infructuosamente durante décadas.

Los investigadores del Parque de Canadá, en colaboración con Nattilik Heritage Society y Inuit Heritage Trust, continúan explorando los restos de naufragios y protegiendo los sitios. Los artefactos se someterán a un tratamiento de onservación antes de ser exhibidos en el Centro del Patrimonio Nattilik en Nunavut, proporcionando una conexión tangible con este enigmático capítulo de la historia.

«La expedición de Franklin sigue siendo uno de los misterios más populares del siglo XIX», acertó a decir el Ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá Steven Guilbeault. Con cada nuevo artefacto recuperado, nos acercamos más a desentrañar el enigma de la expedición Franklin, reconstruyendo una historia que ha cautivado a historiadores y aventureros por igual durante generaciones.

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