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Omar Ibn Hafsún, el Pelayo de Al Ándalus

'Choque de jinetes moros'. Obra de Eugene Delacroix Framed Print

La rebelión de Umar Ibn Hafsun, el converso que puso contra las cuerdas al emirato andalusí

Tras controlar la Serranía de Ronda, convirtió su refugio de Bobastro en una fortaleza poderosamente fortificada e inaccesible, desde la que combatió con creciente éxito

La facilidad de la conquista musulmana enmascara el hecho de que la población cristiana de España mantuvo una oposición continuada contra los ocupantes. La historiografía islámica ha ocultado secularmente la información referente a los habitantes autóctonos, como signo del desprecio que merecían. Ello ha hecho muy difícil encontrar fuentes primarias sobre esta oposición, que causó permanentes quebraderos de cabeza a los gobernantes andalusíes.

Los hispanos tuvieron tres opciones: la aceptación resentida de la conquista, la conversión al islam, basada a veces en el interés más que en la convicción, y la rebelión directa. Los que optaron por la primera y mayoritaria opción, recibieron el peyorativo nombre de mozárabes. Imprescindibles como agricultores, artesanos y comerciantes, tuvieron que aceptar su condición discriminatoria de ciudadanos de segunda.

Los que eligieron la conversión, más o menos sincera, recibieron el también despectivo nombre de muladíes. Aunque en teoría ello les igualaba con los conquistadores, en la práctica eran objeto de una discriminación apenas disimulada, y del menosprecio de la aristocracia árabe que monopolizaba el poder y la riqueza.

El camino de la rebelión armada fue escogido por numerosos cristianos. Inicialmente solo tuvo éxito en el norte de España. Otro tipo de resistencia fue la específicamente religiosa y desarmada, que ofreció una parte significativa del clero y los líderes cristianos de ambos sexos. Recogió una importante cosecha de mártires.

Hubo muchas más rebeliones. Destaca la de Toledo, una ciudad con gran presencia mozárabe, orgullosa de su pasado. La ciudad fue prácticamente ingobernable durante largos periodos. Convertida en una especie de república mozárabe, solo pudo ser sojuzgada por Abderramán III tras casi un siglo de terca resistencia. O también la de los habitantes cristianos de Elvira (Granada) en el siglo XII, hastiados de la oleada de integrismo islámico de los almorávides.

El 'Pelayo' de Al Ándalus

Pero la más peligrosa fue la que protagonizó Umar Ibn Hafsun. Puso contra las cuerdas a cuatro emires sucesivos entre 880 y su muerte en el 917. Su familia estaba entroncada con la nobleza cristiana de la zona de Ronda. Su bisabuelo se convirtió al Islam más por interés que por convicción, ingresando en las filas de los muladíes. No es raro que las minorías discriminadas produzcan personalidades propensas a la rebelión. Sobre todo en épocas de descontento generalizado, como la que se produjo a finales del siglo IX.

La llegada al poder de la dinastía Omeya con Abderramán I en 750 había reforzado el poder de los árabes en el seno del Islam español. El Estado cordobés se convirtió en el instrumento de una minoría privilegiada que monopolizó el poder político e impuso una fiscalidad discriminatoria.

Sus acciones ponen de manifiesto que además de un gran estratega militar fue un consumado político, con un proyecto de largo alcance para sustituir a los Omeyas

El resentimiento del resto de grupos que poblaban el emirato, bereberes, muladíes, mozárabes y clanes antiomeyas, produjo una revuelta generalizada en la que Umar desempeñó un papel crucial por su capacidad organizativa y su genio militar. Sus éxitos iniciales le proporcionaron una gran popularidad entre muladíes y mozárabes que reforzaron poderosamente sus filas.

Tras controlar la Serranía de Ronda, convirtió su refugio de Bobastro en una fortaleza poderosamente fortificada e inaccesible, desde la que combatió con creciente éxito. Su alianza con otros grupos rebeldes le llevó a casi axfisiar al poder cordobés. En el cénit de su poder controló lo que hoy son las provincias de Málaga, Granada y Jaén.

Ruinas de Bobastro, el conjunto rupestre del siglo IX más importante de toda Málaga

Ruinas de Bobastro, el conjunto rupestre del siglo IX más importante de toda MálagaTurismo Ardales

Los estudios más recientes interpretan que su rebelión fue algo más que una revuelta reivindicativa. Sus acciones ponen de manifiesto que además de un gran estratega militar fue un consumado político, con un proyecto de largo alcance para sustituir a los Omeyas por un estado en el que convivieran, en igualdad de condiciones, tanto cristianos como musulmanes de cualquier origen. En este contexto desarrolló activas relaciones internacionales, buscando el reconocimiento de los poderes vecinos, especialmente de la Asturias de Alfonso III. También estableció un obispado cristiano en Bobastro y finalmente renegó del Islam en 899. Converso al cristianismo de sus mayores, adoptó el nombre de Samuel.

Esta conversión redujo el apoyo entre la población muladí, aunque incrementó su popularidad entre la población mozárabe. Se produjo entonces un equilibrio entre Umar y el emirato que permitió una difícil convivencia hasta su muerte. Su hijo tuvo que afrontar la recuperación de la autoridad cordobesa con la llegada al poder de Abderramán III. La firmeza de su gobierno permitió acabar con todas las rebeliones, incluida la de Bobastro en 928.

Finalizó así aquel episodio que pudo haber sido decisivo en la historia de España. Los mozárabes de Bobastro fueron masacrados y los restos de Umar Ibn Hafsún desenterrados y crucificados entre un perro y un cerdo. El ultimo rescoldo de la rebelión lo constituyó su hija Argentea martirizada en 937. Bautizada como cristiana, al mismo tiempo que sus padres, y ejecutada sin piedad, como apóstata del Islam, tras negarse a abjurar de sus creencias cristianas.

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