
Juan Simeón Vidarte
¿Inspiró un socialista español la historia de la película 'Casablanca'?
Juan Simeón Vidarte sostuvo durante toda su vida que el argumento de la película estaba basado en lo contado en el libro Tempestad en África. De Gaulle contra Petain, es decir en su propia vida
Casablanca es una película mítica que pertenece tanto a la historia del cine como a la memoria colectiva de los espectadores. Incluso los que no son muy aficionados pueden reconocer escenas icónicas, frases célebres o la melodía de la canción As time goes by. Fue una película premiada, incluso con el Oscar a Michael Curtiz, un director que no volvió a tener un éxito semejante. Se incluyó en muchas de las listas de las mejores películas de la historia.
Se alabó la manera de contar una historia y la actuación tanto de Bogart y Bergaman como la de actores secundarios como Paul Henreid, Peter Lorre o Claude Rains. Por supuesto, no han faltado los críticos que quisieron discrepar y entendieron que los personajes se construyeron más con gestos que con profundidad psicológica. La historia de amor enmarcada en una concreta situación política tiene, sin duda, un gran atractivo emocional y cinematográfico.

Fotograma de la película 'Casablanca'. En la foto Ingrid Bergman y Humphrey Bogart
La larga marcha hacia el exilio de personas huidas de los nazis que ocupaban Europa dejó una sucesión de historias de esfuerzo, penalidades, traiciones y generosidades que constituyeron una fuente apreciable de ficciones. Y esto lo supo aprovechar bien Curtiz, gracias al apoyo del productor Hal B. Wallis y al eficaz guion de Julius J. y Phillip G. Epstein y Howard Koch.
Juan Simeón Vidarte fue un socialista español en la II República. Nacido en Llerena, en Extremadura, fue vicesecretario general del PSOE, secretario del Congreso de los Diputados y ocupo algunos cargos importantes en la administración republicana. Cuando la Guerra Civil se decantaba a factor del bando franquista, Vidarte tuvo que asumir algunas comisiones para facilitar el exilio, como las realizadas en México ante Cárdenas.
José Prat lo nombró, al final de la contienda, cónsul en Tánger con el mismo objetivo. Allí permaneció hasta que la República fue vencida. Entonces tuvo que emprender un largo viaje a través de África ora encontrar un transporte que lo llevara a México. Sus peripecias fueron recogidas en un libro novelesco: Tempestad en África. De Gaulle contra Petain (México 1941, reeditado en la misma ciudad en 1973).
Vidarte sostuvo durante toda su vida que el argumento de la película estaba basado en lo contado en el libro, es decir en su propia vida. Incluso llegó a presentar una demanda contra la productora Warner Bros, que no tuvo recorrido judicial. Es cierto que Vidarte recorrió un largo camino hasta llegar a Argel, que tuvo que esperar condiciones favorables para atravesar África y alcanzar Freetown, donde consiguió embarcar rumbo a Estados Unidos y México. Una experiencia similar a la de Víctor Laszlo en la película. Contada con detalle en su libro.
En la película hay una escena llena de sentimiento. Cuando en el café Rick’s un grupo de nazis de uniforme comienzan a cantar Die Wacht am Rhein, Víctor le pide a los músico que toquen La Marsellesa. Rick, el antiguo combatiente en España, les da permiso con un leve gesto de cabeza y los parroquianos del café, incluidos los que apoyaban al régimen de Vichy que administraba el África francesa, cantaron con emoción hasta hacer callar a los alemanes. Esa escena la vivió Vidarte en el hotel Arlequín de Argel, en una situación similar. Lo contaba su hija y lo explica Felipe Traseira en su tesis doctoral.
Es cierto que la peripecia vital de Vidarte tiene coincidencias con el argumento de la película y que el extremeño asumió con orgullo el rol de luchador frente al fascismo. Pero no es menos cierto que ese tipo de situaciones se dieron por decenas entre los miles de refugiados que trataban de escapar del poder nazi en Europa. El canto de La Marsellesa para silenciar los himnos nazis pudo haber ocurrido más de una ocasión, o pudo haber sido una ocurrencia de los escritores. No es algo para lo que se requiera una imaginación extraordinaria.
Vidarte luchó por la originalidad de la idea. Pero los autores de la obra de teatro en la que se basó el guion, Murray Burnett y Joan Alison, reconocen haber escuchados historias similares cuando viajaron a Europa durante la Segunda Guerra Mundial. La película se rodó en Hollywood y en la escena referida, muchos de los figurantes que componían la clientela del café eran refugiados europeos que habían abandonado sus países por oponerse al nazismo. Muchos de ellos tenían experiencias vitales semejantes. Es difícil sostener que Curtiz copiara a Vidarte.