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28 de marzo de 2024

Ucrania guerra Rusia

Ejercicios militares del ejército ucraniano ante la inminencia de la agresión rusaAFP

Ucrania-Rusia

¿Qué es la guerra híbrida? La estrategia de Rusia contra Ucrania

En la crisis ucraniana Rusia está aplicando una estrategia de «guerra híbrida» que le fue muy efectiva en el pasado. Pero ¿qué es la guerra híbrida?

La noche del 13 al 14 de enero el gobierno ucraniano perdió el control de su administración online. Un ciberataque masivo bloqueó los sitios web gubernamentales y las miradas se dirigieron de inmediato a Rusia.
El gobierno ucraniano acusó al gobierno ruso de realizar un ataque contra Ucrania dentro de su estrategia de «guerra híbrida» en el contexto de la amenaza de invasión militar a Ucrania. El gobierno ruso negó su implicación en el ataque, aunque tanto la Unión Europea como Estados Unidos afirmaron que todo parecía señalar a Rusia como responsables del ataque.
En esta crisis ucraniana están emergiendo con fuerza conceptos como «guerra híbrida», conceptos que no son nuevos pero que en este contexto ocupan un lugar central. El Debate ha hablado con un grupo de expertos para explicar su significado.

Guerra híbrida

El profesor de la Universidad CEU San Pablo, Antonio Alonso Marcos, explicó que «lo que ahora llamamos guerra híbrida en realidad es algo muy antiguo». Señaló que tiene mucho que ver con el antiguo dicho de que «la primera víctima de una guerra siempre es la verdad», y es que «la propaganda de guerra es un término muy relacionado con la guerra híbrida».

La guerra híbrida es el uso de medios distintos a los militares para atacar a un paísAntonio Alonso Marcos, Universidad CEU San Pablo

En su opinión, la guerra híbrida es «el uso de medios distintos a los militares para atacar a un país. ¿Qué es atacar a un país? Es atacar a sus estructuras, atacar su seguridad, o su ciberseguridad».
Otro aspecto fundamental de esta guerra híbrida «es la difusión de propaganda en la opinión pública, o entre la opinión pública, de otro Estado, por no llamarlo enemigo».
Esta difusión de propaganda entre la población de otro Estado «se ha dado en todas las guerras. Lo que pasa es que la guerra híbrida tiene como objetivo, además de difundir información o propaganda, lograr que esa información, o propaganda, movilice a la gente, de tal manera que se puedan producir escenas de violencia. También, dentro de esta guerra híbrida, estaría la financiación de determinados grupos para animarlos a calentar las calles».
Según la explicación de profesor Alonso Marcos, la estrategia que sigue el presidente ruso Valdimir Putin en Ucrania entra dentro de la definición de guerra híbrida. «También se vio en la invasión de Crimea en el año 2014. Allí también se utilizaron medios distintos a los militares, pero es que, además, hubo personas con entrenamiento militar que ayudaron a ocupar y a tomar el control real y efectivo de la península de Crimea. Eso también es un modelo de guerra híbrida».

No se sabe quién ataca

Para el profesor Miguel Ángel Medina, de la Universidad Abat Oliba CEU, «la guerra híbrida es una estrategia de conflicto, de combate, de confrontación, de enfrentamiento, que no pasa por hombres y tanques, por un enfrentamiento militar directo, sino que pasa por utilizar muchas estrategias al mismo tiempo, que no tienen que ver con la estrategia militar, para debilitar al enemigo».

En la guerra híbrida no se sabe quién ataca primeroMiguel Ángel Medina, Universidad Abat Oliba CEU

Sobre todo, «la guerra híbrida tiene una característica y es que no se sabe quién ataca primero. No se sabe quién es el culpable. Se utilizan toda clase de artimañas para moverse en esta incertidumbre».
«La guerra híbrida tiene toda una serie de estrategias, no se hace con hombres y tanques, se hace con un ordenador desde una capital», subrayó.
Para generar esa incertidumbre, los gobiernos que aplican la guerra híbrida siguen algunas estrategias, como apoyar la insurgencia en los países que se quiere desestabilizar. «El enemigo de mi enemigo es mi amigo».
«¿Otra artimaña? Apoyar el terrorismo, da igual que sea blando o duro. Apoyar el terrorismo de Estado, todo lo que sirva para debilitar el esqueleto de un Estado», continuó. «Aquí tenemos que hablar de Rusia con los mercenarios Wagner en Libia, por ejemplo. Sabemos que, en la parte oriental de Libia, Wagner, que es un macro grupo de mercenarios del Kremlin, aterroriza a la población. Esto es terrorismo de Estado, lo que pasa es que no se le llama así».
Otras estrategias de guerra híbrida citadas por el profesor Medina son la instrumentalización de la migración o el empleo de los bulos, fake news o noticias falsas: «Yo digo que Rafa Nadal está a punto de la quiebra, yo digo que Cataluña va a ser independiente, yo digo que Ucrania es mala, yo digo que Biden quema niños… Todo esto el problema no es ponerlo en internet, el problema es que la gente se lo cree. Eso es la guerra híbrida».
Las nuevas tecnologías son un campo para la guerra híbrida: «Los cibercrímenes, la ciberseguridad, el hecho de que ningún ordenador del mundo está protegido, y me da igual que sea de la CIA o de un estudiante de la Abat Oliba».
En definitiva, la propaganda, la provocación son piedras angulares de la guerra híbrida. «En el fondo, una guerra híbrida es olvidarse de tanques y atacar con todos los instrumentos que no sean el ataque militar convencional, utilizar la desinformación, utilizar operaciones maliciosas… Cualquier otro tipo de arma política para desestabilizar al enemigo».
En el caso de Ucrania, Rusia quiere que Ucrania no esté tranquila, «Rusia quiere que Ucrania no esté cómoda llamando a la puerta de la OTAN ni de Bruselas».

Soldados disfrazados

En opinión del profesor de la Universidad Francisco de Vitoria, Javier Gil Guerrero, «la guerra híbrida es lo que ya aplicó Rusia en Ucrania en 2014, en el Donbás y en Crimea, cuando manda soldados disfrazados de civiles o de voluntarios locales, acompañados de una campaña de desinformación, donde se genera una especie de confusión».
«Guerra híbrida es un término que se usa ahora como una corriente, y que genera mucha atracción, pero que en el fondo es usar todos los recursos del Estado en una guerra, no solo mandar tropas de forma abierta y directa, sino también afectar a la ciberseguridad con ataques, afectar a los medios de comunicación, generar tensión económica, desestabilizar las instituciones extranjeras por medio de ataques informáticos o por medio de campañas de desinformación y, por así decirlo, no llegar a mostrar sus cartas hasta el final mismo de la operación», explicó.
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