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29 de marzo de 2024

Crucero Moskva Rusia

Imagen de archivo del crucero MoskvaAFP

Día 50 de guerra en Ucrania

Ucrania hunde el Moskva, la joya de la corona de la flota rusa en el Mar Negro

Un impacto de misiles ucranianos, un incendio y la explosión del depósito de municiones. En una audaz acción, la resistencia ucraniana ha sido capaz de inutilizar el crucero Moskva, el buque insignia de la armada rusa del Mar Negro desde el año 2000.

La versión rusa del hundimiento del Moskva

El buque, según la CNN, quedó a la deriva después de que la tripulación fuera evacuada. La noticia la confirmó el ministerio de Defensa ruso, aunque no habló de ataque con misiles, sólo de un incendio a bordo.
«Debido a un incendio, la munición estalló en el crucero de misiles Moskva. El barco quedó seriamente dañado. Toda la tripulación ha sido evacuada», señalaba el comunicado del ministerio de Defensa.

La versión ucraniana del hundimiento del Moskva

Horas después del comunicado ruso, el gobernador ucraniano de Odesa, Maksym Marchenko, reivindicó el ataque con un mensaje en Telegram: «Los misiles Neptune que vigilan el mar Negro causaron daños muy graves al barco ruso. ¡Gloria a Ucrania!».
De confirmarse esta información, sería la primera vez que Ucrania logra hacer blanco a un buque ruso con los misiles Neptune, un arma desarrollada por las fuerzas armadas ucranianas a partir de los misiles soviéticos de crucero KH-35.
Según The Times, la batería ucraniana de misiles estaba situada en los alrededores de Odesa, puerto que Rusia ha intentado sitiar sin éxito desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero.
El barco quedó seriamente dañado y fuera de control. Las fuertes tormentas que desde anoche azotan al Mar Negro impidieron a los equipos de rescate pudieran acercarse al buque.
Con base en el puerto de Sebastopol, el Moskva, crucero de clase Slava, es el orgullo de la armada rusa, tanto por sus orígenes soviéticos como por su poderío y su relevancia en el mantenimiento de la superioridad naval rusa en el Mar Negro.
La neutralización del Moskva supone un duro golpe a la armada rusa, a su operatividad en el Mar Negro en plena guerra, a la ya hundida moral de las tropas rusas y al orgullo nacional del pueblo ruso.
En declaraciones a la CNN, el capitán retirado de la Marina de Estados Unidos, Carl Schuster, señaló que «sólo la pérdida de un submarino de misiles balísticos o del portaaviones Kutznetsov supondría un golpe mayor a la moral rusa y a la reputación de la marina en la sociedad rusa».

Historia del Moskva

Con capacidad para 680 tripulantes, el Moskva entró en servicio en 1983 con el nombre de Slava. Está armado con un poderoso sistema de misiles antibuque y antiaéreo, torpedos, cañones navales y sistemas de defensa antimisiles.
Tras la caída de la Unión Soviética, el barco pasó a llamarse con el nombre de la capital rusa, Moskva, es decir, Moscú, en 1995.
A pesar de su antigüedad, el barco era plenamente operativo y un arma temible gracias a las actualizaciones introducidas entre 2018 y 2020.
Su poderío destructivo, no obstante, le obliga a almacenar toneladas de municiones y explosivos, lo que lo convierten en un blanco muy vulnerable en caso de combate directo o, como es el caso, de un ataque con misiles por parte de una fuerza enemiga.
El capitán Schuster explicó en la CNN que, en caso de impacto y de incendio en el almacén de municiones del barco, la tripulación sólo tiene dos alternativas: «o inundarlo, o abandonar el barco.
De lo contrario, la tripulación abordo sería aniquilada por la catastrófica explosión que se produciría como consecuencia del incendio».
El Moskva ha estado presente en prácticamente todos los escenarios bélicos en los que Rusia ha tomado parte desde la caída de la Unión Soviética.
Según detalla AFP, combatió en la guerra de Georgia en el año 2008, donde bombardeó a las tropas georgianas desde el puerto de Ochamchire.
Combatió también en el reciente conflicto de Siria desde el año 2015 para sostener al régimen del dictador Basher al Assad y proteger la base naval rusa del puerto de Hmeimim.
Posteriormente, regresó a la base naval de Sebastopol, ciudad anexionada, al igual que el resto de la península de Crimea, por Rusia en 2014.
Desde allí ha participado de forma activa en la actual invasión rusa a Ucrania. De hecho, jugó un papel protagonista en el ataque al puesto militar ucraniano en la Isla de las Serpientes al principio del conflicto.
En aquella batalla, un puñado de soldados ucranianos se enfrentó al Moskva y a la poderosa flota rusa del Mar Negro y se negaron a rendirse. «Que os jodan», respondieron los infantes de marina ucranianos a las exigencias de rendición lanzadas desde el Moskva.
Por ese motivo, la destrucción del Moskva es una inyección de moral muy poderosa para la resistencia y la población ucraniana en un conflicto donde, precisamente, la motivación de las tropas es esencial para la victoria.
Además del golpe moral de la pérdida de su barco más poderoso en el Mar Negro, el golpe asestado por el ejército ucraniano también podría implicar un cambio operativo de la armada rusa.
Se trata del segundo barco que pierde Rusia en esta guerra en el Mar Negro, después de la destrucción en el puerto de Berdyansk del barco anfibio Orsk el 24 de marzo.
Es probable que Rusia trate de exponer menos a sus barcos, los aleje de la costa y trate de reducir los riesgos de que sufran impactos de misiles ucranianos.
Ese cambio, junto con la psicosis a nuevos ataques, reduciría la operatividad y eficacia del bloqueo naval ruso a Ucrania.
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