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19 de mayo de 2024

Un peatón camina por una calle de Donetsk

Una mujer camina por una calle de DonetskAFP

65 días de guerra

Donetsk se queda sin hombres después de que Rusia los mande a morir a la guerra

La región del Donbás, en el este de Ucrania, se ha quedado sin hombres debido a los reclutamientos forzosos impuestos por Rusia y las autoridades independentistas

La sangría de soldados rusos en la guerra de Ucrania (23.000 bajas según el ejército ucraniano y 15.000 según los servicios de inteligencia británicos) está ocasionando un inesperado efecto colateral.
Los reclutamientos forzosos de hombres en edad de combatir para sustituir a los caídos están vaciando de hombres algunas regiones rusas y ucranianas ocupadas por el ejército ruso.
Es el caso de Donetsk, donde las autoridades prorrusas de la autoproclamada república popular han decretado el reclutamiento obligatorio y han aumentado la edad límite para combatir de 55 a 65 años.
La corresponsal de The Guardian en Kiev, Emma Graham-Harrison, publicó una investigación donde revela que las calles de la ciudad de Donetsk y de las localidades de la región ocupadas por prorrusos se han quedado sin hombres.
Casi todos han sido obligados a combatir, sin entrenamiento militar y muchos sin motivación. Aunque la población es mayoritariamente ruso parlante y siente más identifica con Moscú que con Kiev, no dejan de ver a Ucrania como su país, lo que no deja de ocasionar sentimientos contradictorios entre los combatientes.
Los pocos varones que han logrado evitar la leva viven ocultos en sótanos de casas de amigos, donde es más difícil que los soldados traten de ir a buscarlos.
Algunos se han dejado crecer la barba y el pelo para parecer mayores, un truco un tanto ingenuo que rara vez da resultado.
A pesar de los esfuerzos del Kremlin por ocultar las cifras reales de soldados muertos en los combates contra el ejército ruso, las noticias de la carnicería permean la censura y llegan a los ciudadanos.
Todos saben que ir al frente equivale a una muerte segura. A Moscú le interesa más el número de botas sobre el terreno que la eficacia en el combate. Los soldados son carne de cañón. Pese a ello, son muchos los jóvenes que, cegados por la propaganda patriótica rusa, acuden con entusiasmo al combate.
No tardan en desmoralizarse al comprobar que los soldados ucranianos no son los «nazis drogadictos» que les han vendido desde el Kremlin, sino un ejército altamente eficaz dispuesto a defender su tierra.
Ante esta situación, las mujeres han sustituido a los hombres en todas las labores que estos desempeñaban. «Nos hemos convertido en un pueblo de amazonas», afirman los lugareños en declaraciones recogidas por The Guardian.
Familiares de los llamados a filas al otro lado de las líneas del frente, en territorio controlado por Ucrania, tratan de organizar su huida de las áreas prorrusas y evitar que los manden a la guerra.
«Está escondido y no ha salido de casa desde hace dos meses. Hay formas de sacarlo de contrabando, pero solo a Rusia, y es muy costoso y arriesgado», narra en un testimonio recogido por The Guardian un padre que trata de rescatar a su hijo.
Muchos recurren a las redes clandestinas para rescatar a sus familiares y a sobornos que pueden ascender a los 800 dólares, una cantidad que mucha gente de esta región pobre no puede permitirse.
El descontento de la población hacia las autoridades prorrusas, en una región que se presenta a menudo como monolítica en su respaldo al Kremlin y a la guerra, es cada vez mayor.
Las estrategias de las autoridades para atrapar a los hombres que permanecen escondidos no han hecho más que aumentar el rechazo.
Hasta en dos ocasiones el gobierno ha difundido falsos decretos según los cuales se ponía fin al reclutamiento forzoso. Engañados por estas noticias, los hombres salieron a la calle donde el ejército procedió a detenerlos, reclutarlos y, pocos días después, enviarlos sin contemplaciones a morir a la guerra.
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