Los demócratas se escandalizan por los ataques a las narcolanchas, pero apoyaron las ejecuciones con drones de Obama

Un grupo de congresistas y senadores demócratas se ha lanzado virulentamente contra la ofensiva emprendida por el presidente Donald Trump contra el narcotráfico e intentan frenar los operativos con los que el Ejército de EE.UU. destruye las narcolanchas que aún se aventuran a surcar las aguas del Caribe y del Pacífico Oriental.

La decisiva campaña militar contra las narcolanchas busca disuadir a quienes por años gozaron de impunidad, se sintieron intocables y se vieron animados por la inacción de los gobiernos, incluido el del demócrata de Joe Biden.

Los demócratas en el Congreso de EE.UU. insisten en pedir al Secretario de Guerra Pete Hegseth que rinda cuentas por sus «excesos» en su campaña militar en el Caribe y se muestran escandalizados por lo que consideran «ejecuciones extrajudiciales» en aguas internacionales.

Sin embargo, como bien les reprochó el senador republicano por Oklahoma Markwayne Mullin las demandas de los congresistas y senadores demócratas están influenciadas políticamente y recordó que cuando el expresidente Barack Obama utilizó drones durante su Administración para asesinar a terroristas en Oriente Medio «no hubo ni de cerca el mismo nivel de lamentaciones».

Mullin no está de acuerdo con la publicación total del vídeo del «doble ataque» contra una narcolancha en septiembre y argumentó que sólo ciertos legisladores deberían tener acceso a las imágenes, es decir solo aquellos que pertenecen a los comités correspondientes y tienen las autorizaciones de seguridad necesarias para verlas.

De acuerdo con Fox News, el senador republicano no quiere apoyar una demanda demócrata que está encaminada a promover el escándalo mediático que cuestione, debilite y deje en desventaja a la Administración Trump frente a los criminales.

La misma estrategia de Obama

Lo que los demócratas ignoran o no quieren recordar es que los mismos argumentos que usa la administración actual de Trump en su duro combate contra el narcotráfico fue usado por el expresidente Barack Obama en Oriente Medio, con múltiples bajas civiles.

Obama justificó en 2013 durante un discurso sobre estrategia antiterrorista en la Universidad Nacional de Defensa en Washington D.C., el uso de aviones no tripulados en misiones antiterroristas.

Según documentó el portal Defensa.com, el exmandatario estadounidense celebró entonces las numerables bajas que se asestaron a Al Qaeda, y explicó que se desmantelaron «conspiraciones contra ciudades europeas o nuestras tropas en Afganistán» por lo que argumentó que esos ataques habían «salvado vidas» y eran «completamente legales».

Al igual que ahora en el Caribe, todos los objetivos eliminados por la Administración Obama en Medio Oriente eran «presuntamente terroristas» conforme la clasificación de la inteligencia estadounidense y los demócratas nunca hablaron de «ejecuciones extrajudiciales» o de «crímenes de guerra» o pidieron capturarlos en lugar de matarlos.

El «programa de ataques selectivos» contra sospechosos de terrorismo mediante aviones no tripulados comenzó en 2002 con el entonces presidente, George W. Bush, pero se amplió a gran escala en los mandatos de Obama (2009-2017). Según varios informes de prensa de la época incluida RTVE, el Gobierno de Obama lanzó cientos de bombardeos en Afganistán, Pakistán, Yemen y Somalia y «asesinó a civiles» mientras intentaba eliminar a los terroristas.

En cuanto al daño colateral o al alto número de víctimas civiles ocasionadas por la ofensiva con drones, en Yemen por ejemplo, Obama admitió el saldo de víctimas civiles pero lo consideró como «un riesgo que existe en cualquier guerra».

De acuerdo con la estadística publicada por el propio Pentágono en aquel momento, el programa de ataques selectivos lanzado por Obama mató a más de 200 personas en ataques aéreos en Somalia, Libia y Yemen sólo en el primer trimestre de 2016.

Los bombardeos de Obama eran menos escandalosos que los actuales del Caribe porque los vídeos no se publicaban, pero aún así fueron cuestionados por la prensa aunque no generó una autocrítica en el Partido Demócrata ni mucho menos una investigación en el Congreso que exigiera la publicación de los vídeos. Obviamente Obama no es Trump.