Además del beneficio fiscal, SELAE genera beneficios directos por la gestión de las loterías
¿Cuánto gana el Estado con la Lotería de Navidad? Así se reparten los impuestos y la recaudación
Aunque los españoles compran sus décimos con la esperanza de alcanzar la fortuna, la realidad es que el gran ganador es casi siempre el mismo
Cada año el Sorteo Extraordinario de Navidad reparte ilusión y millones de euros por toda España, pero también deja una importante suma en las arcas públicas. De hecho, aunque se trata de un sorteo muy popular por su carácter tradicional y solidario, la realidad es que Hacienda siempre tiene su parte asegurada.
La Lotería de Navidad reparte alrededor del 70 % de la recaudación total en premios. El resto se destina a gastos de gestión y, sobre todo, a ingresos para el Estado a través de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE). Solo en 2024 la recaudación total del sorteo superó los 3.000 millones de euros, una cifra que sitúa este evento como uno de los mayores movimientos económicos de final de año.
A eso se suman los impuestos aplicados a los premios más altos. Desde 2020, los primeros 40.000 euros de cada décimo premiado están exentos de tributación, pero todo lo que supera esa cantidad paga un 20 % en concepto de gravamen especial. De este modo, el ganador del Gordo, que otorga 400.000 euros por décimo, recibe en realidad 328.000 euros. Los 72.000 restantes van directamente a Hacienda.
Estimaciones oficiales
Según estimaciones oficiales, si se venden todos los décimos, el Estado ingresa alrededor de 175 millones de euros solo en impuestos sobre los premios mayores. De esa cantidad, 123 millones proceden del Gordo, 29 millones del segundo premio y 3 millones del tercero. Los premios menores, al no superar el límite exento, no tributan.
Además del beneficio fiscal, SELAE genera beneficios directos por la gestión de las loterías. En 2023, por ejemplo, la entidad pública ingresó más de 2.100 millones de euros en dividendos y aportaciones al Tesoro, consolidando su papel como una de las fuentes de ingresos no tributarios más estables del Estado.
En definitiva, aunque los españoles compran sus décimos con la esperanza de alcanzar la fortuna, la realidad es que el gran ganador del 22 de diciembre es casi siempre el mismo: Hacienda, que logra una doble victoria, recaudando por la venta de boletos y por los impuestos aplicados a los premios más altos.