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La administración Doña Lola de Toledo celebra la venta de un cuarto premio en la Lotería de Navidad. EFE/Ángeles Visdómine

Solo dos números han logrado ganar el Gordo en dos ocasionesEFE/Ángeles Visdómine

Los números más raros que han salido premiados en la Lotería de Navidad

Estas repeticiones, aunque no influyen en la probabilidad real, sí influyen en la psicología del jugador, que suele preferir números «bonitos»

La Lotería de Navidad acumula más de dos siglos de historias, supersticiones y anécdotas estadísticas que cada año alimentan la curiosidad de millones de jugadores. Aunque cada número tiene exactamente las mismas probabilidades de resultar agraciado, algunos han pasado a la historia por su rareza: bien por su forma, por su terminación o porque desafiaron creencias populares muy asentadas.

Uno de los fenómenos más llamativos es la victoria de números con patrones poco habituales, como cifras repetidas. Aunque no han resultado agraciados con el Gordo números como el 25.444, el 25.888, el 35.999 o el 55.666 —combinaciones que suelen considerarse «feas» por muchos jugadores—, demuestran que el azar no entiende de estética.

Estas repeticiones, aunque no influyen en la probabilidad real, sí influyen en la psicología del jugador, que suele preferir números «bonitos» o más equilibrados.

También destacan los números que han conseguido romper un patrón estadístico histórico: la repetición del primer premio. Solo dos números han logrado ganar el Gordo en dos ocasiones a lo largo de la historia del sorteo, un hecho extraordinariamente infrecuente si se tienen en cuenta los casi 200 años de celebraciones. Entre ellos figura el 15.640 y 20.297.

No existen números feos ni favoritos

La rareza también puede venir por la terminación. Aunque la lógica diría que todas son igual de probables, algunas aparecen con más frecuencia en el palmarés de los grandes premios. El 5 es la terminación más veces agraciada, mientras que otras como el 1, el 2 o el 9 han tenido menos presencia histórica, lo que hace que un premio con estas últimas cifras siempre despierte mayor sorpresa entre los aficionados.

Del mismo modo, existen rangos completos de millares que nunca han resultado premiados con el primer premio, alimentando el mito de los «números gafes». Cuando alguno de ellos rompe la tendencia, se convierte automáticamente en noticia por desafiar décadas de estadísticas.

En definitiva, la historia de la Lotería de Navidad demuestra que la rareza no reside en las matemáticas, sino en la percepción humana. El azar, imperturbable, sigue recordando cada 22 de diciembre que no existen números feos ni favoritos: todos pueden tocar.

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