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30 de abril de 2024

El exetarra Xabier Zumalde

El exetarra Xabier ZumaldeEFE

Xabier Zumalde (1938-2023)

El etarra más cínico

Considerado como el primer jefe militar de la banda, decía rechazar el terrorismo, pero instruía a aquellos que lo practicaban

Xabier Zumalde
Nació en Amorebieta el 27 de agosto de 1938 y falleció en Ascain (Francia) el 5 de noviembre de 2023

Xabier Zumalde Romero

Terrorista vasco

Primer jefe militar de Eta desde 1966 hasta 1968, cuando se exilió a Francia. Su influencia en la configuración de la naturaleza asesina de la banda fue decisiva, aunque siempre dijo rechazar el uso de las armas.

Según su propio relato, Xabier Zumalde inició su compromiso con ETA a raíz de una agresión en plena calle, acompañada de un improperio, abertzale, cuyo significado ignoraba. Pero le picó la curiosidad y consultó a un cura de Amorebieta, que le envió directamente al corazón de una ETA por aquel entonces en fase embrionaria. Como escribió, «en esta situación tuve conocimiento de que existía una organización nacionalista y radical muy diferente a los románticos del PNV, cuya máxima actividad por aquel entonces era recordar viejas hazañas, celebrar funerales, comilonas y el Aberri Eguna».
Sobre todo, y más allá de las divergencias doctrinales, dispuesta a matar sin contemplaciones. En Zumalde, los asesinos encontraron a un experto en el manejo de armas: siendo un joven obrero metalúrgico, recompuso una Winchester que, como se pudo leer hace unos años en un diario de tirada nacional, le sería posteriormente confiscada por la Benemérita. En aquellos tiempos, mediados de los sesenta, Zumalde fue considerado lo suficientemente inteligente y capaz como para ser nombrado primer «jefe militar de Eta».
Pero ojo, que Zumalde no mataba porque, como explicó en el mismo reportaje, «la muerte no sirve de nada». Lo suyo era más bien organizar los antecedentes del terrorismo de baja intensidad. Aún no se llamaba kale borroka: algaradas callejeras, colocación de ikurriñas o fugaces «ocupaciones» de municipios. La principal «hazaña» en la que estuvo implicado directamente Zumalde fue la «toma» de Garay el 1 de mayo de 1966. Es innegable, sin embargo, que durante la época en que tenía autoridad sobre la banda, se produjeron los asesinatos del guardia civil Juan José Paradinas y del comisario Melitón Manzanas.
Muerto Francisco Franco, Zumalde abandonó ETA porque «cuando hablan las urnas, callan las armas». Este nuevo alarde de cinismo supuso el preludio de su reciclaje en la burocracia foral de Vizcaya de la mano del antaño denostado PNV. De modo oficial, en el Departamento de Agricultura. En realidad, los nuevos mandamases del País Vasco recurrieron a sus dotes para oscuras actividades como la denominada «operación Amaiur», definida por la enciclopedia vasca Aunamendi como la organización de «la cobertura logística y militar del Partido Nacionalista Vasco a fin de contrarrestar un posible nuevo golpe de Estado como el reciente 23 F»; o para poner en marcha un servicio de espionaje dentro de la Ertzainza, que acabó en agua de borrajas. En sus últimos años, a Zumalde le dio por el ecologismo. Sin arrepentirse jamás de su pasado.
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