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27 de abril de 2024

Post-itJorge Sanz Casillas

2023: el año del perro

Cuesta creer cómo sigue en pie la candidatura de un hombre que, cuatro años después de llegar al poder en nombre de la ejemplaridad y el feminismo, tiene a los agresores sexuales preguntando que qué hay de lo mío

Actualizada 01:38

En enero de 2016, cuando todavía era el precandidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump aseguró en un mitin que «podría disparar contra la gente en la Quinta Avenida y no perdería votos». Y añadió la razón: «Tengo a la gente más leal».
Desconozco si Pedro Sánchez tiene permiso de armas o un amigo con apariencia de búfalo dispuesto a cruzar la carrera de San Jerónimo si pierde las elecciones. Lo que sí tiene, de acuerdo con la encuesta que publicamos hoy, es el suelo electoral muy alto, «gente leal» que diría Donald Trump. Cuesta creer cómo sigue en pie (aunque sea con dificultades) la candidatura de un hombre que, cuatro años después de llegar al poder en nombre de la ejemplaridad y el feminismo, medita rebajar las penas por malversación y tiene a los agresores sexuales preguntando que qué hay de lo mío. Y es que con Sánchez, responsable último de este desbarajuste, sale hoy más barato que hace cuatro años corromperse y depredar a las mujeres. Así como suena.
En ese contexto, y según nuestro sondeo, PP y Vox obtendrían una mayoría absoluta indiscutible. En el escenario más optimista para ellos sumarían 185 escaños, solo uno menos que Rajoy en 2011. Parece poco para tanto desastre, pero la realidad es que el Gobierno se las ingenia para tapar un escándalo con el siguiente aprovechando que la memoria es frágil y el reparto de medios completamente zurdo. ¿Qué se estaría diciendo de Catalá si sugiriese rebajar las penas por malversación? ¿Qué habría sido de Gallardón de haber parido una ley que acerca a la calle a agresores sexuales condenados en firme? No habría Paseo de la Castellana para tanta indignación.
Sin embargo, en virtud de esta hemiplejia moral, a cada pifia del Ejecutivo le sigue a los dos días un titular en El País diciendo que «Moncloa da por amortizado el desgaste tras sus últimas decisiones». Y aquí paz y después troika.
Un año más con Pedro Sánchez puede ser fatal para los intereses de mucha gente común. Si en un mes le ha dado tiempo a derogar la sedición, manosear la malversación y desproteger a las mujeres frente a sus agresores, ¿qué no podrá hacer en 365 días? Pues todo dependerá del número de votaciones difíciles que tenga por delante, y cuya negociación y compra de votos acabamos pagando entre todos. Al final, como se dice de los humanos frente a los perros, un año de Pedro Sánchez equivale a siete para todos los demás. Y no por largos, sino por devastadores.
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