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Post-itJorge Sanz Casillas

Los condones gratis de Mónica García

En España le pagan los condones y el tren a gente de 30 añazos para disimular que nuestros padres ya tenían a esa edad casa, coche y dos niños escolarizados

Act. 26 sep. 2025 - 20:30

Enterrado por los escándalos de la familia Sánchez, ha pasado muy de puntillas un anuncio de la ministra de Sanidad según el cual, antes de que acabe el año, los preservativos serán gratis para los chavales de entre 14 y 22 años. Esto, que es una minucia al lado del ramillete de imputaciones de la familia presidencial, revela el camino de difícil retorno que ha iniciado España, y que no es otro que el camino del subsidio permanente.

Lo primero que hay que decir es que, detrás de todo lo que el Estado ofrece como gratuito, hay un trabajador que lo está pagando duramente y a fuerza de impuestos. Lo segundo es que somos un Estado completamente asistencial. Si a los adolescentes hay que financiarles los condones, si a los chavales de 18 hay que darles un «bono cultural», si a los menores de 30 hay que pagarles el tren... Si a eso le sumas tres millones de empleados públicos, dos millones y medio de parados (oficiales), un millón y pico de hogares que perciben el Ingreso Mínimo Vital y más de diez millones de pensiones, ¿quién trabaja aquí? ¿Quién paga esta juerga? No podemos mantener subsidios del primer mundo con un tejido productivo de Segunda División.

Esto desde el punto de vista económico. Pero desde el punto de vista social, parece evidente que España es un país completamente infantilizado, que camina con paso firme hacia aquella máxima del Foro Económico Mundial que afirma que «en 2030 no tendrás nada y serás feliz». Porque esa es la pena: que estamos pagando los condones y el tren a gente de 30 añazos para disimular que nuestros padres ya tenían a esa edad casa, coche y dos niños escolarizados.

Esto es lo grave, pero lo triste es observar el conformismo general, la abulia con la que la sociedad se toma este problema. Hay gente de mi generación más dispuesta a protestar por Gaza que por esto, un clima decadente donde el horizonte vital de los menores de 30 pasa por opositar (trabajar de ocho a tres con una buena dosis de teletrabajo en pijama) y heredar la casa de los padres.

A los chavales de 14 a 22 años no hay que darles condones. Lo que hay que darles es educación financiera, primero, para que aprendan a leer una nómina y descubran que cuando su empleador les pone 2.500 euros, a ellos les llegarán 1.500 a la cuenta corriente (si acaso). Y después una buena educación en valores, para que no tengamos hoy un 90 % más violaciones que hace siete años, cuando llegaron todos estos feministas de palo a malgobernar España.

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