Celebrando al macarra
No te pongas a discutir con un tipo mentiroso, sin escrúpulos y sin respeto a las instituciones, porque nunca podrás alcanzar su nivel
Sánchez salió sin rasguños del Senado, estamos muy satisfechos, ha sido el balance de la izquierda sobre la comparecencia del presidente. Con la mayoría progresista, convertida más que nunca en mayoría de la corrupción, celebrando feliz el estilo macarra con el que Sánchez, dicen, salió indemne del Senado. Sin importarles en absoluto las consecuencias para la democracia y nuestras instituciones y para la propia izquierda.
Hay que reconocerles algo de entrada. Y es una variación de ese dicho tan útil del no te pongas a discutir con un tonto, porque te bajará a su nivel y te ganará por experiencia. En este caso, con él no te pongas a discutir con un tipo mentiroso, sin escrúpulos y sin respeto a las instituciones, porque nunca podrás alcanzar su nivel. Te ganará a pendenciero, a embustero y a farsante. Y hay una verdad incómoda de nuestras sociedades y es el irresistible encanto del macarra para tantos y tantos. De la misma manera que fascinan los personajes mafiosos de las películas, y de la vida real, a muchos les encantan estas figuras políticas chulescas y arrogantes que han hecho de la fullería un estilo político.
Les dan igual los tremendos efectos para nuestra democracia. Por la normalización de este estilo de hacer política y por la justificación de la corrupción. Hay que ver cómo celebran a Sánchez quienes se han pasado años clamando contra el populismo y los ataques a las instituciones. Todo era mentira. Ahora están haciendo un ídolo de un populista sin escrúpulos y sin respeto a las instituciones. A ver con qué cara nos cuentan en el futuro eso de lo malo que es el populismo para la democracia. O exigen respeto a las instituciones, quienes llaman fango y circo al Senado y juegan a premiar al más mentiroso.
¿Y la corrupción? ¿A quién le importa la corrupción en la izquierda y en los nacionalismos? ¿Les preocupa a todos estos que hicieron una moción de censura contra la corrupción? Vaya hipocresía y vaya engaño masivo a la sociedad española. Ahora juegan a trampear con su propia corrupción para no verse obligados a abandonar el poder. Y es cierto que hay un argumento importante que es el de la presunción de inocencia y la necesidad de una sentencia judicial, pero es que lo destruyeron ellos mismos en el pasado, cuando exigieron limpieza y dimisiones por asuntos mucho menos graves que los que ahora afectan de lleno a Sánchez. Y que ellos se esfuerzan patéticamente en justificar.
Tampoco parece preocuparles la brutal erosión de la supuesta superioridad moral de la izquierda. Ese de que «la izquierda no roba», que dice Gabriel Rufián, el primer adulador de Sánchez, y que se ha convertido en una frase cómica. Porque la corrupción socialista ha puesto de manifiesto un gran contraste: mientras la corrupción provocó grandes críticas internas y de sus votantes en la derecha, la izquierda se ha unido en la defensa de su corrupción. Y aquí tenemos a todo el socialismo, a la extrema izquierda y a los nacionalistas unidos en la mayoría progresista de la corrupción bajo el liderazgo de Pedro Sánchez.