El extremista pijo de Nueva York

Tal es el dominio de las palabras y de los relatos que tiene la izquierda, que ha convertido al extremista pijo elegido alcalde de Nueva York en la gran esperanza de la democracia americana, y todos encantados. Es la resistencia a Trump y a su fascismo, ha escrito la directora de cine Isabel Coixet. Con ese desparpajo con el que la izquierda llama fascista a todo el que se le oponga mientras ensalza al comunista de turno. Cómo será la nueva esperanza del progresismo que la izquierda europea lo ha recibido con mucho más entusiasmo que el propio Partido Demócrata.

Una cosa es que las universidades americanas sean el centro principal de la extrema izquierda mundial y otra que los americanos vayan a entronizar a un comunista más allá de la ciudad de Nueva York. Hasta cinco veces le preguntó el periodista mexicano Jorge Ramos a Mamdani si consideraba dictaduras a Cuba y Venezuela. Hasta cinco veces se negó el nuevo ídolo del progresismo europeo a llamar dictaduras a ambas dictaduras. Y luego la izquierda se esforzará en argumentar que no es verdad que sea comunista, tal como lo ha calificado Trump.

Días después rectificó Mamdani y dijo que sí, que eran dictaduras, y no por su repentina transformación ideológica, sino por la presión de sus asesores. Una cosa es Europa, donde comunistas como Yolanda Díaz son hasta vicepresidentas sin ningún problema, y otra es la sociedad americana, que rechaza el comunismo con la misma contundencia que el fascismo. Por eso los Demócratas Socialistas de Bernie Sanders a los que pertenece Mamdani son minoría en el Partido Demócrata. Estos son los que llaman ultraderecha a la resistencia cubana de Miami mientras afirman que el problema de Cuba es la actitud de Estados Unidos, no el comunismo. Exactamente igual que la izquierda europea.

Pero Mamdani no es solo un extremista, es también un pijo, como es tan habitual entre esa élite progresista que se pasa el día denunciando los supuestos privilegios de la derecha. Inmigrante, sí, pero de lujo, hijo de un profesor de la Universidad de Columbia, esa universidad que le organizó un entusiasta acto propagandístico a Sánchez hace pocas semanas, y de una afamada directora de cine. Mamdani es un perfecto representante de la élite que cuestiona Kevin D. Roberts, el presidente de la Fundación Heritage en su libro Dawn´s Early Light, que justamente leía yo mientras elegían a Mamdani alcalde de Nueva York.

El libro de Roberts es fundamental para entender por qué triunfó Trump en 2024 y por qué hay en marcha una revolución conservadora. Y una de las claves es precisamente esta, el rechazo a líderes elitistas alejados de los grandes valores americanos y del ciudadano medio estadounidense, líderes que oponen el multiculturalismo al americanismo. Nueva York es una ciudad de inmigrantes, como yo, ha reivindicado Mamdani, a lo que muchos le han replicado, sí, pero antes todos esos inmigrantes se integraban en los valores americanos.

¿Alternativa a Trump? Más bien, una motivación añadida para la revolución conservadora que está en marcha en Estados Unidos. Y eso que no hemos mencionado el disparatado programa económico que el extremista dice querer aplicar en Nueva York.