El Rey Juan Carlos no puede faltar
Confiemos en que la razón se abra camino y podamos presenciar una solemne Jura con la asistencia de las tres generaciones de Reyes de nuestra Historia reciente, dos que ya lo han sido y una llamada a serlo
El próximo 31 de octubre, Doña Leonor, Princesa de Asturias, cumplirá 18 años de edad, jurará la Constitución, cumpliendo así con lo dispuesto en el art. 61.2 de la misma, y quedará a partir de ese momento legitimada para ocupar, cuando fuese necesario, la Jefatura del Estado con el título de Reina.
Para solemnizar este momento ante las Cortes Generales de la nación en las que reside la representación de la soberanía popular, se celebrará según han decidido las propias Cortes, el Gobierno y la Casa Real, un acto al que acudirán «las máximas autoridades del Estado», sin especificar.
Y como cabía de esperar en los tiempos que corren, estamos ya escuchando los habituales desplantes de los enemigos de la Constitución y de España, que avisan que no asistirán. Faltarán pues los representantes de los golpistas, separatistas y terroristas. Nadie sufrirá por ello, pues no ofende el que quiere sino el que puede.
Al que sí echaremos de menos, si es que se confirma que sólo será invitado a la fiesta familiar por la tarde, pero no a la Jura en las Cortes, es al Rey Juan Carlos, a quien de manera indiscutible le correspondería estar presente.
Esperemos la rectificación pues, aunque se puede ser lego en protocolo, ser fervoroso republicano o antimonárquico enrabietado, hay razones objetivas para reclamar que el Rey Juan Carlos sea después de su hijo el primer invitado.
La Monarquía es una institución hereditaria donde la responsabilidad de ser Rey se transmite de padres a hijos y tras un periodo intenso de formación previa como estamos comprobando estos días. En un acto como la Jura del heredero deben estar sus padres y sus abuelos si viven.
De éstos, padres e hijos, debe recibir el heredero sus conocimientos, experiencia de gobierno, habilidades necesarias durante su educación, incluso análisis de los errores cometidos, en definitiva, todo lo que sea de utilidad para el futuro Monarca.
En segundo lugar D. Juan Carlos es Rey y por tanto la máxima autoridad del Estado después de su hijo D. Felipe. No se concibe que haya nadie con mayor derecho a asistir como invitado.
La ya excesivamente manoseada acusación de que no ha tenido en los últimos años de su Reinado una actitud ejemplar ha ido perdiendo fuerza ante la reiterada manifestación de no culpabilidad en todos los expedientes que se abrieron, algunos con manifiesta enemistad.
Fue Don Juan Carlos la persona quien supo defender a la Monarquía y a la Constitución con firmeza y energía con ocasión del golpe del 23 de febrero de 1981.
Fue también quien ha ostentado durante 40 años la Jefatura de la Casa Real Española. Ya en la anterior Jura de un Príncipe de Asturias, el actual Rey Felipe VI, en 1986 al cumplir 18 años juró la Constitución en presencia de su padre y abuelo, quien a la sazón no tenía otro título que el de Conde de Barcelona y el de legítimo heredero de la Corona de su padre Don Alfonso XIII.
Y podríamos seguir mencionando razones para que de manera objetiva unos y otros entendieran que la persona que no puede estar ausente de ese acto es el Rey Juan Carlos.
Confiemos en que la razón se abra camino y podamos presenciar una solemne Jura con la asistencia de las tres generaciones de Reyes de nuestra Historia reciente, dos que ya lo han sido y una llamada a serlo.
- Carlos Espinosa de los Monteros es abogado y Técnico Comercial del Estado