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08 de mayo de 2024

Canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII

Canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII- Vatican News

Diez años de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II

En la homilía de la celebración, el Papa Francisco señaló el valor de sus predecesores al «mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos heridas y su costado traspasado»

El Domingo de la Misericordia de 2014, el segundo de Pascua, un 27 de abril de hace diez años fueron canonizados dos grandes papas del siglo XX: san Juan XXIII y san Juan Pablo II.
Con una celebración que llenaba la Plaza de San Pedro de fieles, presidida por el Papa Francisco y concelebrada por 800 ministros, entre los que se encontraba el Papa emérito Benedicto XVI, se ofrecía a la Iglesia dos nuevos ejemplos de vida que «tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos heridas y su costado traspasado», como apuntó Francisco en la homilía.

«El Papa Bueno»

Angelo Giuseppe Roncalli era el cuarto de trece hermanos. Nacido en Sotto il Monte el 25 de noviembre de 1881, ingresó tan solo once años después al seminario de Bérgamo. Fue allí donde empezó a redactar unos apuntes espirituales que después fueron recogidos en Diario de un alma.
Más adelante, entre 1901 hasta 1905 y gracias a una beca de su diócesis, pudo ser alumno del Pontificio Seminario Romano, siendo ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1904 en Santa María in Monte Santo, en la piazza del Popolo, en Roma. Con un recién estrenado sacerdocio, el obispo de Bérgamo lo nombró su secretario, acompañándolo en todas sus tareas y visitas pastorales.
Compaginó esta labor con la de profesor del seminario, donde impartía clases de historia, patrología y apologética. Sin embargo, con el estallido en 1915 de la guerra en Italia, fue enviado como sargento de sanidad primero y capellán castrense en los hospitales militares después. Acabado el conflicto, regresó al seminario como director espiritual.
En 1921 la Santa Sede lo reclamó, nombrándolo el Papa Benedicto XV como presidente para Italia del consejo central de la Pontificia Obra para la Propagación de la Fe. Cuatro años después, en 1925, fue ordenado obispo y destinado a Sofía, capital de Bulgaria, donde había sido previamente visitador apostólico. Después, fue destinado a Turquía y Grecia como delegado apostólico.
Fue elegido Papa el 28 de octubre de 1956 como sucesor de Pío XII y su pontificado solo se extendería durante 5 años. En ese período se pudo reconocer en él la imagen del Buen Pastor, ganándose el mote de «el Papa Bueno».
En sus años al frente de la Iglesia convocó el Sínodo Romano y el Concilio Vaticano II, además de formar la Comisión para la revisión del Código de Derecho Canónico. Escribió las encíclicas Mater et magistra y Pacem in Terris.
Murió el 3 de junio de 1963, el día siguiente de Pentecostés, siendo beatificado por Juan Pablo II.

«Santo ya»

El 18 de mayo de 1920 nació Karol Józef Wojtyla en Wadowice, Polonia. Era el menor de tres hermanos. Tras recibir la confirmación a los 18 años, marchó para la Universidad Jagellónica de Cracovia, en la que se matriculó en filología polaca.
La Segunda Guerra Mundial se interpuso en la vida del joven, quien se vio forzado a trabajar en una cantera y una fábrica para poder no ser deportado a Alemania. Durante esta etapa desarrolló su interés por contar la verdad, de la mano de una compañía de teatro católica que trataba de defender Polonia.
De forma clandestina respondió a su vocación sacerdotal, asistiendo al seminario mayor clandestino de Cracovia que, tras la guerra, volvió a reabrir. El 1 de noviembre de 1946 fue ordenado sacerdote. En 1964, ya era arzobispo de Cracovia, y tres años después, cardenal.
El 16 de octubre de 1978 fue elegido Papa bajo el nombre de Juan Pablo II. Fue el pontífice que más santos canonizó, 482, a las que hay que sumar 1.334 beatificaciones. El «santo de nuestro tiempo», como lo declara Enrique García-Máiquez en La casa de los santos, cuenta que a su muerte le añadieron el sobrenombre de Magno «por las dimensiones de su figura y la amplitud de su actividad». El postulador de la causa de canonización declaró en una entrevista a Brújula cotidiana que lo más llamativo era «su experiencia del sacerdocio, que determinó quién era».
El Papa del perdón, quien, a los dos días de haber recibido tres balas, pidió rezar por el sicario para después visitarlo y pedir su indulto. Luchó en un mundo constantemente amenazado por una nueva guerra mundial, en el que se respiraba el ambiente bélico de la Guerra Fría. Amante de las letras, reivindicó el poder del arte y la literatura, puso el amor y el matrimonio en el centro de su mensaje, acompañado siempre de esperanza y buen humor.
El Papa peregrino, que recorrió 125 países en 193 viajes, recorriendo más de 1.300.000 kilómetros hasta su muerte. El Papa de los jóvenes, quien materializó la JMJ, reuniendo a millones para compartir su fe.
El 2 de abril de 2005 fallecía en el palacio apostólico, siendo beatificado el 1 de mayo de 2011, también Domingo de la Misericordia. Un santo que tenía grabado, y así lo expresó en su último viaje a España, cómo «merece la pena dar la vida por el Evangelio y por los hermanos».
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