¿Por qué se dice «Habemus Papam» y qué simboliza esta expresión?

La Iglesia Católica ha elegido un nuevo Papa. Cada vez que esto ocurre, una fórmula en latín resuena desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, marcando un momento histórico para todo el mundo: «Habemus Papam». Esta frase, que se traduce como «tenemos Papa», consta de dos palabras de gran profundidad y simbolismo, aunque pocos conocen su origen.

En este sentido, el anuncio se realiza desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, antes de que el nuevo Pontífice pronuncie su primer discurso, unas palabras improvisadas en italiano, e imparta solemnemente su primera bendición apostólica «Urbi et Orbi».

Respecto a su origen, esta fórmula está parcialmente inspirada en el Evangelio de San Lucas 2, 10-11, que recoge las palabras del ángel anunciando a los pastores el nacimiento del Mesías. Su adopción se remonta a la elección del Papa Martín V en 1417, en un contexto marcado por la crisis de legitimidad conocida como el Cisma de Occidente, cuando tres figuras reclamaban simultáneamente el trono papal:

La importancia del Concilio de Constanza

Debido a lo mencionado, el Concilio de Constanza fue clave para resolver este conflicto. En él se depuso a Juan XXIII y Benedicto XIII, mientras que Gregorio XII abdicó voluntariamente tras asegurar la legitimidad del concilio. Después de dos años de deliberaciones, en 1417, el concilio eligió a Martín V como nuevo Papa, poniendo fin al cisma.

El anuncio «Habemus Papam» cobró un especial simbolismo en ese momento histórico. Tras años de incertidumbre y disputas, la frase no solo reflejaba la elección de un nuevo pontífice, sino también la restauración de la unidad en la Iglesia. En cierto modo, podría interpretarse como: «Por fin tenemos un Papa... ¡y solo uno!».

Finalmente, la adopción de la fórmula «Habemus Papam» tuvo lugar antes de 1484, año en que se utilizó para anunciar la elección del Papa Inocencio VIII.