Qué son los agustinos, la orden religiosa del nuevo Papa León XIV

Robert Francis Prevost se ha convertido en León XIV y será el 267.º Pontífice de la Iglesia Católica. De hecho, su elección sorprendió a muchos, ya que su nombre no figuraba entre los grandes favoritos. Sin embargo, una vez más, el Cónclave ha hecho historia al elegir, por primera vez, a un Papa estadounidense.

En este sentido, además de su amplia trayectoria pastoral en Hispanoamérica, Prevost se convierte en el primer Papa agustiniano. Su elección rompe con una costumbre no escrita del Colegio Cardenalicio, en la que los candidatos papales solían ser clérigos seculares o provenir de órdenes más visibles, como los jesuitas o los franciscanos.

Concretamente, el perfil de León XIV está estrechamente vinculado a la espiritualidad, la misión y el legado de la familia agustiniana, una de las órdenes más importantes de la Iglesia. De la misma manera, a pesar de que lleva el nombre de San Agustín de Hipona, no fue fundada directamente por él.

La historia de los agustinos se origina en la convergencia de movimientos eremíticos espontáneos que surgieron en la Italia del siglo XII, y en el deseo de la Iglesia de consolidarlos bajo una regla común. Hacia finales de ese siglo, diversas comunidades de laicos piadosos, con el anhelo de vivir en pobreza, oración y penitencia, se apartaron del mundo para dedicarse a la contemplación.

La Orden de San Agustín

La Orden de San Agustín fue fundada en 1244 por Inocencio IV, quien unió a varios grupos de ermitaños bajo la Regla de San Agustín. En 1256, la orden fue consolidada y reconocida oficialmente por el Papa Inocencio IV, quien extendió su incorporación a comunidades eremíticas de otras regiones.

Inicialmente, la orden se denominó «Orden de Ermitaños de San Agustín» (O.E.S.A.). Posteriormente, se consolidó como «Orden de San Agustín» (O.S.A.).

Desde sus inicios, la Orden de San Agustín se extendió rápidamente por Italia, España, Francia y Alemania, y, en el contexto de la colonización europea, sus miembros participaron activamente en las misiones en África, Hispanoamérica y Asia. En Estados Unidos, la presencia agustiniana comenzó en 1794.

Ese mismo año, el primer fraile agustino, John Rosseter, llegó a Filadelfia, y poco después, en 1796, Matthew Carr fundó la Provincia de Santo Tomás de Villanova, que se convirtió en el núcleo de la expansión agustiniana en el noreste de Estados Unidos.

La orden agustina llega al papado

Originario de Chicago, Illinois, el nuevo obispo de Roma cumplirá 70 años el próximo 14 de septiembre. Pasó su infancia y adolescencia con su familia, y luego estudió en el Seminario Menor de los Padres Agustinos y en la Universidad de Villanova, en Pensilvania, donde se licenció en Matemáticas.

En 2014, el Papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis peruana de Chiclayo, y un año después fue nombrado obispo de dicha ciudad. Más tarde, en 2019, fue incorporado a la Congregación para el Clero, y al año siguiente, Francisco lo nombró miembro de la Congregación para los Obispos, uno de los dicasterios más influyentes dentro de la Curia romana.

En este marco, la historia de Robert Prevost, ahora León XIV, se inserta como un testimonio de la misión y valores de la Orden Agustiniana. Con presencia en más de 40 países, los agustinos continúan su labor en diversas áreas, desde la educación hasta el trabajo social, destacándose en contextos urbanos y multiculturales. Su esfuerzo por promover el ideal de «comunidad en medio del mundo» sigue vivo, reflejando un compromiso con la transformación social y espiritual que marca la esencia de su apostolado.