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Plaza de San Pedro

Después de cada votación, las papeletas se queman en una estufa junto con sustancias químicas

Más allá de la fumata blanca

El otro aviso que permite saber si ya ha sido elegido un nuevo Papa

Si después de tres días no se logra la mayoría de dos tercios, se comienza un cuarto día de oración, de retiro si se quiere, y luego se retoman las votaciones

El cónclave que se celebra estos días en la Capilla Sixtina elegirá al próximo pontífice de la Iglesia Católica. Esta elección es, sin duda, uno de los momentos más solemnes y esperados de esta institución. El procedimiento lo lleva a cabo el Colegio Cardenalicio, que se reúne a puerta cerrada tras la renuncia o el fallecimiento del Papa anterior.

En este sentido, el resultado de la primera votación no ha traído sorpresas. Todos los pronósticos apuntaban a que en esta primera jornada no veríamos la fumata blanca, es decir, el anuncio del nuevo Papa. Lo que sí sorprendió fue el retraso en la aparición del humo negro desde la chimenea situada sobre la Capilla Sixtina.

Concretamente, aunque se esperaba que el humo saliera en torno a las 19:00 horas, no fue hasta las 21:01 cuando se produjo la señal, con un retraso de dos horas sobre lo previsto. Tras ello, los 133 cardenales se dirigieron a la Casa de Santa Marta, donde cenaron y descansaron antes de retomar las votaciones en la jornada de hoy, jueves 8 de mayo, que comenzó a las 07:30 horas.

horarios previstos para las fumatas de hoy

Primera fumata: entre las 10:30 y las 12:00 horas.
Segunda fumata: entre las 17:30 horas y las 19:00 horas.

El otro aviso, junto a la fumata blanca

Por otro lado, además de la tradicional fumata blanca, existe otra señal que indica que ya ha sido elegido un nuevo Papa: el repique solemne de las campanas de la Basílica de San Pedro. A pesar de ser menos conocido por el gran público, este sonido forma parte del protocolo oficial del Vaticano y complementa la señal visual del humo blanco que emana de la chimenea instalada sobre la Capilla Sixtina.

Campanas basílica de San Pedro

Campanas basílica de San PedroWikimedia Commons

Cuando los cardenales reunidos en cónclave logran elegir al nuevo Pontífice, el humo que se eleva tras la votación pasa de negro a blanco, indicando al mundo que «habemus Papam». Sin embargo, el color del humo puede generar confusión, especialmente en días nublados o con mala visibilidad. Por este motivo, las campanas de la Basílica de San Pedro comienzan a repicar poco después de la fumata blanca, confirmando sin lugar a dudas que el sucesor ha sido elegido.

Inmediatamente después, como por contagio, todas las campanas de Roma se suman al repique, iniciando una especie de efecto dominó. De parroquia en parroquia, de ciudad en ciudad y de diócesis en diócesis, las campanas de las principales iglesias del mundo se unen al repique romano para anunciar al unísono la elección del nuevo Papa.

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