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25 de abril de 2024

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Un obispo «no debe ser arrogante, o sea, soberbio, colérico, conflictivo» según escribe san Pablo a TitoGTRES

La Iglesia española renueva a los obispos siguiendo las directrices del Papa Francisco

El perfil de los prelados españoles está lejos de la politización que algunos quisieran ver en el episcopado español

Las recientes jubilaciones de los obispos Antonio Cañizares, de la diócesis de Valencia, y José Antonio Reig Pla, de Alcalá de Henares, vuelven a sacar a la palestra la ardua renovación de un episcopado español con un gran número de pastores en edad de jubilación, mientras los rumores y las interpretaciones en la sombra reducen el misterio de la sucesión del colegio episcopal en la Iglesia a estrategias políticas entre facciones ideológicas. Dichas renuncias y la respuesta, más o menos inmediata del Papa, son interpretadas desde categorías no evangélicas, que confunden a los cristianos con palabras como «ultraconservador» o «progresista». Pero la realidad es que la comunidad eclesial en España va por otro lado, y que en ella se impone una diversidad y una riqueza propias de la Iglesia Católica, es decir, universal en sus sensibilidades y carismas.

Españoles en la Curia

El Papa, que valora candidatos que encarnen el nuevo espíritu que piden los tiempos, no está teniendo prisa en decidir los nombres y, de hecho, ha respetado muchos de los nombramientos de su antecesor, Benedicto XVI.
Frente al rumor de que el Papa estuviera haciendo caso omiso a la Iglesia española, los datos reales dicen que nueve españoles tienen la máxima responsabilidad en los Dicasterios del Vaticano.
Luis Francisco Ladaria (78 años) lleva cinco años como prefecto de Doctrina de la Fe; Miguel Ángel Ayuso (70 años) está en el Dicasterio de Diálogo interreligioso; las finanzas recaen en manos de otro español como José Antonio Herrero Alves (63 años); Fernando Vérgez (77 años) es Gobernador del Estado Ciudad del Vaticano; Juan Antonio Arrieta (71 años) es secretario del dicasterio para los Textos legislativos; José Antonio Carballo (69 años) ha sido nombrado por Francisco como secretario del dicasterio de los Religiosos y los subsecretarios –españoles– son Melchor Sánchez de Toca, Aurelio García Macías y Luis Marín de San Martín.
En cuanto a la Iglesia española, no se prevé una revolución inmediata, ni un violento golpe de timón, según la mentalidad «de este mundo»; más bien, al contrario.

debe ser humilde, pacífico y servidor, no un príncipePapa Francisco

Los obispos de Francisco

Si algo ha tenido claro el Papa Francisco desde su primer día en el Vaticano, hace ya casi diez años, es que la Iglesia necesitaba «pastores con olor a oveja». Más allá de criterios teológicos o intelectuales, la prioridad a la hora de ordenar nuevos prelados, o promocionar a los ya existentes, ha sido pastoral. Una idea clara que el pontífice ha trasladado a los nuncios en todo el mundo y que se ha aplicado también en España.
Frente a quienes apelan a criterios políticos, de afinidad con ideologías o de otro tipo, el Papa aseguraba, en una de sus meditaciones matutinas en Casa Santa Marta, que «hablamos de obispos como administradores de Dios, no de los bienes, del poder o de las distintas corrientes. No, de Dios». Por este motivo, el Papa Francisco llamaba a que cada obispo se pregunte si «¿Yo soy administrador de Dios o soy un negociante?».

La Iglesia española tiene en cuenta aquello que hay que conservar desde su tradición porque es bueno y porque responde al Evangelio

A juicio del Papa un obispo ha de ser:
«Hospitalario –dar hospitalidad– amante del bien, sensible, justo, santo, con dominio de sí mismo, fiel a la palabra de fe que le ha sido enseñada». En definitiva, una vida ejemplar que le aporte autoridad para «defender la sana doctrina y refutar a sus opositores». Más allá de «su habilidad en los métodos pastorales o que sean simpáticos», el Papa insistía en que «ante todo debe ser humilde, pacífico y servidor, no un príncipe».

Directrices evangélicas

El perfil de los prelados que necesitan los fieles se ajusta a estas características y están lejos de la politización que algunos quisieran ver en el episcopado español, como si su papel fuera intervenir de forma partidista en la vida pública. En este contexto, determinadas asociaciones ideologizadas acusan al nuncio de no nombrar a obispos con sus mismo sesgo ideológico, algo que nunca ha reclamado el Papa Francisco, ni en España, ni en ningún otro país.
En este sentido, desde la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal declaran que «la sucesión se enmarca dentro de las directrices que el Papa indica, tanto para la Curia como para toda la Iglesia», y señalan que la Iglesia española no puede estar nunca «contrarrestando el discurso político reducido que ciertos medios de comunicación alientan». En este sentido, «la Iglesia no sabe de miembros conservadores, ultraconservadores o progresistas» y subrayan en todo momento que «la renovación de la Iglesia española tiene en cuenta aquello que hay que conservar desde su tradición porque es bueno y porque responde al Evangelio de Jesucristo«, no a tendencias o etiquetas ideológicas».
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