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15 de mayo de 2024

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Tras nueve años de novios preguntaron a Dios, y ahora son cura y monja de clausura

Él es ahora el Padre Angelo Ragosta, sacerdote en Mühlacker (Alemania), en una comunidad italiana y ella es Sor María Giuseppina del Amor Encarnado, monja de clausura en Nápoles

Comprometidos durante nueve años, estaban a punto de casarse, pero el Señor quiso para ellos un epílogo distinto: rompieron y se hicieron sacerdote y monja. Él es ahora el Padre Angelo Ragosta, sacerdote en Mühlacker (Alemania), en una comunidad italiana. Ella es Sor María Giuseppina del Amor Encarnado, monja de clausura en Nápoles.

Amor de adolescencia

Los dos protagonistas de esta historia, que se ha hecho viral, se conocieron el 29 de diciembre de 1996 en una parroquia de Portici, en la provincia de Nápoles, en plena adolescencia. Angelo tiene 16 años, Paola 15.
«Nos hicimos novios o nos juntamos como se decía en nuestra época, precisamente un 29 de diciembre allá por 1996», cuenta Angelo en un post de Facebook, «el primer año, como siempre, fue de tiras y aflojas, siempre era yo el que se dejaba, pero después del primer año fuimos viento en popa hasta octubre de 2005, casi nueve años».

Un nuevo sacerdote

La vida empezó a cambiar para ambos en 2001, cuando conocieron a un sacerdote carismático y muy conocido en Nápoles: Don Michele Madonna.
En 2001 me fui a hacer el servicio militar –continúa Angelo– y, una vez terminado, desde entonces estuve siempre fuera trabajando, en la Toscana como electricista industrial. Los años pasaron deprisa, y hacia el final llegó a la parroquia, cerca de casa de Paola, un joven coadjutor, don Michele Madonna, que nos unió a Jesús vivo. Tenía un mantra: «¡Chicos preguntadle a Dios qué ha planeado para vosotros, cuál es su sueño sobre vosotros! Arrastraba y arrastra a todos, jóvenes y mayores, al que cree de verdad, al que gasta de verdad su vida por Jesús».

Me dejó para siempre

Don Michele desestabiliza el equilibrio entre los dos novios. Tenían el matrimonio en su agenda, pero Dios estaba a punto de cambiar sus planes por completo. «La boda estaba planeada –continúa Angelo–, estaban buscando casa y preparando todo lo necesario con tiempo, Paola mientras tanto estudiaba economía. En cambio, justo cuando encontraron la casa, me dejaron por enésima vez».
Esto sucedió cuando, en 2005, los dos novios acudieron a la conferencia del movimiento eclesial 'Renovación en el Espíritu', en Rímini. «Dios le dejó claro que quería que fuera suya. Pero Paola no pudo aceptarlo, de hecho me dejó como dijo una primera vez en mayo. Pero volvimos a hacer las paces porque ella no podía decir 'sí' a Dios porque pensaba que nueve años seguían siendo nueve años. En octubre, sin embargo, Dios ganó y ella me dejó para siempre».

¿Por qué estoy sobre la faz de la tierra? ¿Qué quieres de mí?

La pregunta a Dios

Angelo y Paola siguieron siendo amigos y continuaron saliendo juntos. En 2006 también compartieron un sacramento, el de la confirmación, que recibieron en la misma iglesia. Pero las almas de ambos estaban cada vez más inquietas. «Seguía trabajando, tenía un sueldo, salía con otras chicas, pero todo era insípido–dice Paolo–, 'todo no me bastaba».
Hasta que una noche, en un acto al que asistía en la Toscana con el padre Michele Madonna, después de rezar las vísperas, «le hice a Dios la pregunta fatídica con la que el padre Michele nos había estado atosigando, en pocas palabras le pregunté: pero ¿por qué estoy sobre la faz de la tierra? ¿Qué quieres de mí?».
Cuando Paula abre la Biblia, se le presenta este pasaje: «Antes de formarte en el seno materno, yo te conocía, antes de que salieras a la luz, yo te ungí» (libro de Jeremías 1, 4-5). «Sobre este pasaje comienzo mi discernimiento. Entro en el seminario a los 26 años, ordenado sacerdote a los 33».
Mientras Angelo entraba en el seminario, Paola elegía la vida de clausura, ingresando en el monasterio carmelita de Nápoles. La vida monástica, a la que se adhirió bajo el nombre de Sor María Giuseppina del Amor Encarnado, le impuso un estilo de vida mucho más discreto y poco social. En Facebook, no comentó las palabras de su ex novio, pero aseguró: «Todo -antes de contarlo al mundo entero- era meticulosamente examinado por Sor Maria Giuseppina para obtener su aprobación».
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