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Irascible, manipulador e intolerante son algunos de los rasgos que definen a este tipo de personas

Irascible, manipulador e intolerante son algunos de los rasgos que definen a este tipo de personasPixabay

Sociología

Hombre, de mediana edad e intolerante: así es el perfil de las personas «odiosas»

Una investigación que encuestó a 400 personas revela que este tipo de individuos son poco proclives a cambiar de comportamiento pese a ser conscientes de que resultan molestos

Hombre, de mediana edad, irascible, agresivo y poco proclive a cambiar de conducta aun siendo consciente de sus defectos. Son los rasgos que definen, según una investigación de la Universidad de Georgia (EE.UU.), el perfil medio de una persona desagradable u odiosa.

El estudio, que contó con casi 400 participantes y ha sido publicado en la revista Collabra: Psychology, pidió a los encuestados que describieran a la persona conocida que más odiaban para evaluar su carácter.

Estas características, junto a otras como la manipulación y la irresponsabilidad, son además comunes a trastornos de personalidad psicopáticos, antisociales y narcisistas, según subrayan los autores. Pero esto no implica, añaden, que esas personas «odiosas» padezcan una patología de este tipo.

«La gente no tuvo muchos problemas para averiguar quién era la persona que peor le caía de su vida. Aproximadamente la mitad eran exparejas sentimentales de los participantes, antiguos jefes o familiares separados. De media, los participantes no pensaban que estuvieran muy unidos a estos individuos, lo que tiene sentido porque se describe a estas personas con comportamientos bastante aversivos», explica Brinkley Sharpe, autor principal del estudio, en declaraciones recogidas por Europa Press.

Sin embargo, una de cada tres «personas odiosas» formaban parte de la vida de los participantes, incluyendo también compañeros de trabajo, amigos o incluso parejas sentimentales actuales.

Para identificar a los individuos que menos soportaban, los encuestadores pidieron a los participantes que describieran su relación con ella y hasta qué punto el término se ajustaba a su personalidad.

Algunas de las preguntas que los participantes tuvieron que responder fueron: «¿Crees que esa persona sabe que su comportamiento molesta a la gente? ¿Crees que a esa persona le importa que su comportamiento moleste a la gente? ¿Y crees que esa persona podría cambiar su comportamiento si realmente lo quisiera?».

Indolentes

En este sentido, los participantes creían que estas personas eran conscientes de que su comportamiento molestaba a la gente, pero no les importaba lo suficiente como para cambiar.

«Me parece interesante que los comportamientos en los que se centraba la gente eran de todo tipo. Cuando hablamos de personalidad, esa persona odiosa fue descrita como alguien que no es agradable y está enfadada. Cuando hablamos de comportamientos, no es necesariamente antagónico con la gente, sino que simplemente no se preocupa por lo que piensan los demás o por cómo les perciben», detalla.

Todas estas personas parecían tener dificultades para modular su ira, eran irresponsables y tenían, además, opiniones intolerantes sobre toda clase de cuestiones. Las reacciones iban de quejas aparentemente triviales, como reproches por guardar mal los adornos de la casa, hasta otras más graves y agresivas. «Algunas de las respuestas eran bastante violentas. Tuvimos un par de ellas en las que el individuo había hecho algo que era francamente criminal», apunta el investigador.

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