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19 de abril de 2024

Una señal limita a 30 km/h el tráfico rodado en Francia

Una señal limita a 30 km/h el tráfico rodado en Francia

Tráfico

Limitar a 30 km/h la velocidad en las ciudades apenas reduce las colisiones y las víctimas

El sistema sirve en cambio para disminuir el volumen de tráfico urbano

La restricción de los límites de velocidad a 30 kilómetros por hora en los centros de las ciudades no parece reducir las colisiones de tráfico, las víctimas o la velocidad de los conductores, según un estudio de tres años de duración sobre su implantación en una gran capital y publicado en línea en el Journal of Epidemiology & Community Health.
Sin embargo, el sistema parece estar asociado a una reducción significativa del volumen de tráfico, según los resultados.
Las principales razones para reducir la velocidad del tráfico en las zonas urbanas son la disminución de la probabilidad de una colisión de tráfico, así como la gravedad de las víctimas asociadas. A velocidades de 50-60 kilómetros por hora, los riesgos de muerte de los peatones son 3,5-5,5 veces mayores que a velocidades de 30-50 kilómetros por hora.
Por consiguiente, los planes para reducir la velocidad del tráfico a 30 kilómetros por hora, se han hecho cada vez más populares en el Reino Unido y en algunas partes de Europa. Sin embargo, los investigadores afirman que no hay muchos datos sobre su eficacia, ya que los estudios anteriores arrojan resultados contradictorios y pocos abarcan los resultados a largo plazo.
Para profundizar en estas cuestiones, los investigadores se basaron en datos recopilados de forma rutinaria sobre colisiones de tráfico, víctimas, velocidad de los conductores y volumen de tráfico de Belfast, la capital de Irlanda del Norte, antes, y uno y tres años después de la introducción de los límites de velocidad de 30 kilómetros por hora en 2016 en 76 calles del centro de la ciudad.
Estos datos se compararon con los de las calles del centro de la ciudad en las que no se aplicaron las restricciones, así como con los de las calles del área metropolitana circundante y con los de calles similares de otros lugares de Irlanda del Norte que habían mantenido sus límites de velocidad (50-60 km/h).
El análisis de todos los datos mostró que, en comparación con los lugares que habían mantenido sus límites de velocidad, un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora se asoció con pocos cambios en los resultados a corto o largo plazo de las colisiones de tráfico, las víctimas o la velocidad de los conductores.
Se observaron pequeñas reducciones en las colisiones de tráfico del 3 % y el 15 %, respectivamente, uno y tres años después de la entrada en vigor de la política. Pero no hubo diferencias estadísticamente significativas a lo largo del tiempo.
Del mismo modo, los índices de siniestralidad se redujeron un 16 % y un 22 %, respectivamente, uno y tres años después de la aplicación, pero estas reducciones no fueron estadísticamente significativas.
Sin embargo, el volumen de tráfico semanal se redujo en 57 vehículos un año después de la implantación y en 71 vehículos tres años después, y las mayores reducciones se observaron durante la hora punta de la mañana (8.00-9.00 am): 166 vehículos menos a la semana en comparación con las calles similares en las que no se había aplicado la velocidad de 30 kilómetros por hora.
También se observó un descenso estadísticamente significativo del volumen de tráfico al comparar todos los lugares antes y tres años después de la implantación: 185 vehículos menos a la semana.

«Cambio de cultura»

«Las investigaciones anteriores han sugerido que las intervenciones sobre los límites de velocidad de 30 kilómetros por hora deberían complementarse con otras intervenciones, como la formación de los conductores, el marketing social, el compromiso de la comunidad, el circuito cerrado de televisión (CCTV), las intervenciones en los vehículos, las intervenciones comunitarias (por ejemplo, la vigilancia de la velocidad) y las comunicaciones policiales», señalan.
«Este éxito puede facilitar un ambicioso cambio de cultura que aleje a la población del paradigma dominante del automóvil y nos ayude a reconocer que los límites de velocidad de 30 kilómetros por hora no son simplemente una intervención de seguridad vial, sino que forman parte de un reajuste fundamental de la forma en que elegimos nuestras prioridades vitales: las personas antes que los coches», sugieren.
Sin embargo, concluyen que sus resultados mostraron que «una intervención en el centro de la ciudad a 30 kilómetros por hora tuvo poco impacto en los resultados a largo plazo, incluyendo las colisiones de tráfico, las víctimas y la velocidad, a excepción de una reducción en el volumen de tráfico. Las futuras intervenciones sobre el límite de velocidad de 30 kilómetros por hora deberían tener en cuenta la fidelidad del cumplimiento, el contexto y la escala de la implementación», añaden.
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