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17 de junio de 2024

Avión de Alaska Airlines

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La explicación por la que un iPhone sobrevivió a la caída desde un avión

Una combinación de física y suerte hicieron que el dispositivo que salió despedido de un avión tras perder el fuselaje quedara intacto

El pasado mes de enero el vuelo 1282 de Alaska Airlines había despegado del aeropuerto de Portland cuando, en pleno ascenso, parte del fuselaje salió despedido. Entre todos los objetos que succionó el avión y salieron por la puerta estaba un iPhone 14 Pro que se encontró pocas horas después Sean Bates, un ciudadano de Portland que vio el móvil entre unos arbustos.

Después de escuchar la noticia del Alaska Airlines, publicó en X una foto del móvil en perfecto estado. Sean supo que había caído del cielo porque estaba en modo avión y con el billete de ese vuelo en la pantalla.

El iPhone 14 Pro cayó desde cinco kilómetros de altura

Un iPhone 14 Pro caído desde casi cinco kilómetros de altura y que apenas tenía pequeños rasguños era todo un desafío para la física y para explicar la resistencia de móviles a quienes se les parte la pantalla cuando se les escurre de las manos.

Un reciente reportaje en The Wall Street Journal ha puesto a prueba un Samsung Galaxy S23 y un iPhone 14 Pro para simular su resistencia a las caídas, en este caso, con la ayuda de drones y varios expertos consultados para valorar el proceso.

La clave que dan es que una vez que supera los 90 metros de altura, la aceleración ya no es tan relevante porque apenas aumenta por lo que habría que mirar abajo para ver qué puede influir en esta caída.

Césped o asfalto

Las pruebas que se llevaron a cabo muestran como la superficie contra la que impacta el objeto es clave para que se salve y pueda seguir funcionando o quede aplastado e inservible.

La periodista que lleva a cabo el experimento hace chocar los móviles contra asfalto y contra césped. En el primer caso, las pantallas no se rompen por el primer impacto del móvil que se realiza con una de las aristas, en ningún momento caen con la pantalla o con la parte trasera, pero eso es cuestión de suerte y de gravedad.

En el caso del iPhone 14 Pro del vuelo de Alaska Airlines, el césped contra el que cayó amortiguó el golpe. Unos metros más allá, hubiera chocado contra el asfalto y el resultado de los cinco kilómetros de caída hubiera sido muy diferente.

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