
Stanley Tucci, protagonista de la serie Desde dentro
Crítica de serie
'Desde dentro', la serie que no deja indiferente
Steven Moffat vuelve a sorprender con la cautivadora historia de un inteligente preso en el corredor de la muerte
Steven Moffat y Mark Gatiss fueron autores de la conocida Sherlock y de la serie sobre Drácula para Netflix. Esta vez Moffat ha creado Desde dentro junto al director Paul McGuigan. Este thriller se ha vuelto de los más adictivos de la plataforma y no es de extrañar, ya que en esta trama cada detalle del guion está cuidado. Stanley Tucci vuelve a sorprender con su papel de preso en Desde dentro, la nueva miniserie de Netflix en la que da vida a Grieff.
La trama se plantea desde un punto poco común: el asesino como detective. Llama la atención el personaje de Grieff por ser un criminólogo extraordinariamente inteligente y racional con cierto aire sofisticado de tranquilidad, que está condenado por el brutal asesinato y mutilación de su esposa. El personaje tiene sus propios estándares de justicia y, pese a no revelar el misterioso motivo por el cual cometió el crimen, asume en todo momento su condena sin intentar quedar impune, considerándola un castigo justo por los actos que cometió.
Pese a que es igualmente entretenido, ya que consigue mantener alerta al espectador, el caso principal que se le presenta a Grieff puede resultar poco creíble, puesto que gira en torno al personaje de David Tennant, un pastor protestante que se ve inmerso en un problema grave debido a una desafortunada racha de malas decisiones y que plantea los límites del secreto de confesión.
Todo comienza cuando uno de los compañeros del pastor le entrega un pendrive en un determinado momento insistiéndole en que nadie vea su contenido. Lo que comienza como un favor a un compañero, le lleva a cargar con la culpa de actos que no le corresponden y a cometer otros que sí serán su responsabilidad.Este argumento en torno al pendrive hace que el espectador se plantee hasta qué punto podría haber evitado la situación el párroco al no encontrarse bajo secreto de confesión en el momento que se lo entregaron, o hasta qué punto pudo haber evitado que otras personas lo cogieran siendo más cuidadoso sobre los sitios en los que lo dejaba.
Dada su inteligencia, Grieff recibirá la visita de varias personas que le plantearán casos para resolver «desde dentro» de la cárcel, de los cuales el asesino decide aceptar solamente aquellos que a su juicio considera interesantes. Su capacidad para reparar en detalles en los que los demás no logran fijarse y el modo que tiene de jugar con quien acude a él, logra crear sospechas en ocasiones incluso entre las mismas personas que acudan a visitarle a la cárcel.
Como en otras series y películas de este corte, hay una periodista Beth Davenport (Lydia West) que le sirve de nexo de unión entre el interior de la cárcel y el exterior. Mary seguirá los pasos indicados telefónicamente por Grieff e intentará además averiguar dónde se encuentra su amiga Janice, desaparecida sin dejar rastro.
Un argumento similar pudo verse ya en 1991 en El silencio de los corderos, donde Anthony Hopkins interpretaba a Hannibal Lecter, el psicópata caníbal que ayudaba a una licenciada universitaria que aspiraba a ser parte del FBI a atrapar a Buffalo Bill, el asesino que mataba a sus víctimas para arrancarles la piel. Lecter, antiguo psicoanalista dotado de una inteligencia por encima de la normal, ayudaba a Clarice Starling a descifrar los patrones de conducta del asesino.