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19 de abril de 2024

Joyce Carol Oates y Haruki Murakami, dos de los habituales candidatos al Nobel de Literatura

Joyce Carol Oates y Haruki Murakami, dos de los habituales candidatos al Nobel de LiteraturaGTRES

Los interrogantes de un Nobel de Literatura sitiado por la «diversidad» y los «compromisos» políticos

La prensa sueca apuesta por un viraje en la dirección del premiado, desde el desconocido Abdulrazak Gurnah de 2021 a la elección este año de un «famoso» candidato

Incluso en El Premio, la película de Mark Robson de 1963 filmada sobre el escenario de los Nobel, con Paul Newman, Elke Sommer o Edward G. Robinson, la política, el espionaje y una especie de estrategia políticamente correcta, el escalón anterior a lo woke donde nos encontramos, son patentes en la trama. Newman es el galardonado en Literatura, un escritor joven, bebedor y mujeriego, que desdeña el honor y los oropeles de un reconocimiento que nunca ha estado alejado de los usos sociales, políticos e ideológicos del momento.

Bob Dylan y Abdulrazak Gurnah

Quizá el de Literatura sea el Nobel más afectado por las connotaciones anteriores. De la etiqueta y la solemnidad a la corrección política, a veces no a través del puente de la actualidad, sino a través incluso de un salto a lo relativo, como la vez que a Bob Dylan, un cantautor, se le concedió el premio. Otro camino es el de las causas fragmentarias que invaden el mundo, dando la impresión de una marabunta que rodea al jurado de la Academia Sueca.
Quizá solo así se explique que, por ejemplo, el Nobel vigente sea Abdulrazak Gurnah, un escritor minoritario para el público e incluso para las editoriales, pero no para las temáticas de moda, como la crítica al colonialismo europeo en la que, mayormente, se basa la obra del autor de Tanzania. El colonialismo y África, que en 2021 acaparó precisamente, no solo el Nobel, sino los grandes premios mundiales de Literatura, como el Booker y el Goncourt, dados al sudafricano Damon Galgut y al senegalés Mohamed Mbougar, respectivamente.
Llama la atención que el mismo Abdulrazak Gurnah halla ganado el premio antes que el eterno candidato Haruki Murakami, o que otros autores igual y anualmente nominados oficiosamente, como Joyce Carol Oates (de actualidad por la película Blonde, basada en su novela homónima), Don DeLillo, Thomas Pynchon, Cormac McCarthy, Ismail Kadaré, Margaret Atwood, Javier Marías o César Aira, entre otros. Precisamente en 2020 (un año antes de la concesión del honor al recitado Gurnah, las críticas recibidas por falta de «diversidad», llevaron a la Academia a integrar un grupo de expertos en distintas zonas lingüísticas.
Cuentan en los periódicos suecos que se prevé un nuevo viraje en la dirección de los galardonados después de una época de «desconocidos», como si ahora tocara un premiado «famoso». El premio que viaja entre la extravagancia de Dylan, la hondura de los poetas, la fama de los llamados a obtenerlos sin remedio (muchos de ellos no lo obtendrán nunca, como muchos de ellos no lo obtuvieron antes) o, sobre todo ahora, los «compromisos» sociales, políticos o ideológicos que han sustituido, o más bien superado, la sencilla y estricta etiqueta que hasta el indomable Paul Newman de El Premio se impuso respetar delante del rey sueco, quien el jueves a partir de las 13 horas sabrá, como el resto del mundo, a quien ha de entregar el laurel en la próxima ceremonia.
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