Azorín y Machado, esos «tontos de la Meseta» que tanto la pensaron
La cuestión del bar gallego, convenientemente aireada en las redes sociales ha vuelto a traer el reduccionismo en el que, por otro lado, se mueve mayormente la sociedad

Paisaje de Castilla (1907) de Aureliano de Beruete
El problema de referirse despectivamente a la generalidad de los habitantes de un lugar determinado (o tampoco muy determinado, como es el caso) es que uno se equivoca sin ninguna duda. En el ejemplo del bar de Galicia que ha cerrado por «los tontos de la Meseta» está el reverso del llamado provincianismo.
La RAE define al provinciano como «Natural o habitante de una provincia, en contraposición al de la capital», en su primera acepción, tras la que va subiendo en intensidad hasta llegar a la tercera y la cuarta: «Excesivamente apegado a la mentalidad o a las costumbres de su provincia» y «Poco elegante o refinado», respectivamente.
La Meseta central y sus divisiones
Ambas definiciones son sinónimos de pueblerino, vulgar o palurdo, evidentes improperios que son la horma del zapato del «tonto de la Meseta». Hay tantos palurdos en la Meseta como tontos en la periferia y, por supuesto, viceversa. La cuestión del bar gallego, convenientemente aireada en las redes sociales ha vuelto a traer el reduccionismo en el que, por otro lado, se mueve mayormente la sociedad.
Alguien o algunos tergiversaron el insulto periférico (por la ubicación) y lo centraron en Madrid, obsesión de algunos pobres hombres y mujeres, incapaces de ver todavía a estas alturas que Madrid es una ciudad abierta, llena de mesetarios, provincianos y ribereños, que recibe a todo el mundo, donde los madrileños madrileños son los menos, como los neoyorquinos neoyorquinos en América.
Castilla (1907) de Aureliano de Beruete
Lo mejor es que la cosa no es con los de Madrid, sino con los de la Meseta, aunque ya se sabe que los tontos pueden perfectamente confundir (o reducir) la Meseta con Madrid. En el colegio, al menos antes, enseñaban en Geografía lo de las distintas Mesetas, la central y sus divisiones que ocupan la mayor parte no solo de la superficie de España, sino de la península ibérica.

150 AÑOS DE SU NACIMIENTO
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Ha resultado que para el propietario o los propietarios del bar de Galicia esos «tontos de la Meseta» son los habitantes de la mayor extensión de terreno española y portuguesa a la que cantaron y en la que se inspiraron los del 98, impresionados por el paisaje único de realidad del momento que reflejaba literaria, poética y pictóricamente la esencia española. La pérdida de las últimas colonias llevó a los escritores, intelectuales y artistas a buscar el origen de todo, de España, en el núcleo íntimo y alejado de los territorios perdidos.
![Miguel de Unamuno en 1884, recién licenciado en la Universidad Central [CMU, Universidad de Salamanca]](https://imagenes.eldebate.com/files/related_image/uploads/2024/07/18/66992d385c8c2.jpeg)
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Unamuno y Baroja y Valle-Inclán pensaron Castilla y la expresaron tan lejos de las extensiones acabadas, Machado escribió Campos de Castilla y Azorín, sobre todo, la cogió, a Castilla y su paisaje para crear su gran obra, a la manera de Faulkner con el condado de Lafayette (renombrado Yoknapatawpha), pero sin historias humanas, simplemente describiéndola, como a un ser evocador que guardaba el alma española, la de los «tontos de la Meseta» y la de los listos y la de los normales y también la de todos los demás tontos y listos y normales de todos los lugares de España.