Un informe independiente advierte de la colonización ideológica woke de los museos europeos

Los museos son la nueva trinchera de la batalla cultural desde que los profetas de la ideología woke la situaran en el centro de sus miras telescópicas.

La agenda woke comenzó a colonizar los museos británicos y estadounidenses hace años, como un paso más en una estrategia que ya ha llevado a la colonización de universidades o medios de comunicación.

El resultado siempre es el mismo: después de modificar el contenido y sentido narrativo de la institución en particular, destruyen su prestigio y la hunden en el fracaso y en la crisis financiera y de público.

En los últimos años hemos visto como otrora prestigiosas universidades se convertían en centros de mediocridad intelectual, y el mismo procedimiento se está viendo ahora en los museos de varios países con la excusa de la descolonización, el feminismo, los derechos lgbt, el multiculturalismo y la inclusión.

En España hemos visto ese procedimiento en varios museos e instituciones culturales: el Museo Thyssen, el Reina Sofía, el Instituto Cervantes, el Ateneo de Madrid o el Círculo de Bellas Artes.

Los casos más evidentes son los del Museo de América y el Museo de Antropología, donde hay en curso un proyecto para descolonizar ambas instituciones, una justificación para llenar ambos museos de mensajes hispanófobos e izquierdistas.

La Network of European Museum Organisations (NEMO), una red constituida por más de 30.000 museos de 40 países europeos, denunció en un reciente informe esta injerencia.

En el informe denuncia que numerosos museos de toda Europa «enfrentan una creciente presión política y polarización social que dificulta cada vez más su capacidad para funcionar con imparcialidad y cumplir con su función educativa y cultural».

Por medio de una encuesta realizada en verano de 2024 en museos y otras organizaciones culturales de toda Europa, se ofrece una visión general de la situación en el panorama museístico europeo.

El informe de la NEMO recuerda que los museos deberían ser espacios neutrales para la preservación cultural y la educación, «pero se están convirtiendo cada vez más en escenarios de contienda política sometidos a presiones de diversos grupos políticos».

Y denuncia que «gobiernos, grupos de defensa y otras partes interesadas suelen intentar moldear la forma en que se presenta la historia, la identidad y los valores».

Según el informe, la interferencia y presión política se ejerce de muy distintas maneras: restricciones presupuestarias y recortes de financiación pública cancelación o censura de exposiciones así como interferencia en la programación, nombramientos políticos de directores de museos y consejeros con influencia en la toma de decisiones, autocensura suscitada por la presión de una opinión pública teledirgida por grupos de presión.

La conclusión del informe es lapidaria: más de la mitad de los encuestados han reconocido que padecen un aumento de presión política al amparo de la creciente polarización.

El 58,3 % de los encuestados en museos individuales aseguran estar sujetos a presión política. La misma respuesta dieron el 76,2 % de los encuestados en organizaciones estatales y el 69,4 %de los encuestados en organizaciones de otro tipo.

Solo el 50 % de los museos han recogido respuestas que muestran que hay libertad para expresar las opiniones personales sobre diversos temas de interés público. En el 42 % de los museos donde se ha hecho el estudio se evita tratar temas polémicos.

En definitiva, para la Network of European Museum Organisations la influencia política en los museos europeos está generalizada y es preocupante y pide un mayor esfuerzo para defender la autonomía y la integridad de los museos.