Metamorfosis del Ser. Representaciones de la cabeza en África central y occidental es la nueva exposición que ha presentado el Círculo de Bellas Artes, integrada por 300 obras de la Colección Sánchez Ubiría.
Provenientes de Nigeria y Malí, en la cuenca del río Níger, con algunas piezas cercanas a los 3.000 años de antigüedad, la muestra es única por su origen y extrañeza. Culturas remotas y materiales extraños: terracota mezclada con madera, pieles o plumas.
Las máscaras originales de casi tres milenios a imagen y semejanza de las que siguen haciendo los artesanos africanos, las máscaras que remiten al imaginario occidental que se denuncia: la vertiente woke que aparece en una parte de la muestra: «La documentación evidencia cómo estos objetos, extraídos de su lugar de origen, de su contexto, de su comunidad (...) han hablado mucho más de aquellos que los coleccionaban y exponían que de los que los habían producido, traduciendo mentalidades».
El revisionismo en el arte, la «reparación» que se quiere imponer a pesar del escaso interés de las administraciones que reconoce la propietaria de la colección, Margarita Sánchez, por los objetos que «empujan a salir de la obsesión narcisista de Occidente de apropiarse de lo desconocido y de la 'autorrepresentación'», en palabras del propio Círculo de Bellas Artes.