
Cubierta de 'El buscavidas', de Walter Tevis
'El buscavidas', la sombra de Paul Newman es alargada en esta excelente novela
La edición de Impedimenta de 'El buscavidas' es una excelente oportunidad de volver al gran clásico de Alter Tevis
La película El buscavidas (Robert Rossen, 1961) fue uno de los papeles que consagraron a Paul Newman como uno de los mejores actores de su generación y de toda la historia del cine.
Sin embargo, lo que pocos saben es que la historia del desafío de Eddie Felson «el Rápido» al Gordo de Minnesota en los billares del Brannigan’s de Chicago fue primero una gran novela antes que una gran película.
La editorial Impedimenta la reeditó recientemente en una cuidada edición con un espectacular diseño de cubierta que nos remite directamente al clásico cinematográfico de 1961.
Esta novela fue el debut literario de Walter Tevis, autor también de Gambito de Dama, El color del dinero o El hombre que vino de las estrellas.

ImpedimentA (2025). 240 páginas
El buscavidas
Curiosamente, El color del dinero, continuación de El buscavidas, fue motivo también de una célebre adaptación cinematográfica con Martin Scorsese en la silla del director y con Paul Newman repitiendo su papel de Eddie Felson y con un joven Tom Cruise como pupilo.
Por su parte, Gambito de Dama ha sido objeto recientemente de una exitosa adaptación en formato miniserie a cargo de Netflix, mientras que la versión cinematográfica de El hombre que vino de las estrellas contó con el mismísimo David Bowie como protagonista.
La novela de El buscavidas, que es lo que nos preocupa ahora, es una auténtica maravilla en la que es inevitable ver a Paul Newman golpeando la bola blanca para meter la ocho en la tronera cinco. Una narración trepidante sobre la obsesión de un buscavidas, un fullero, Eddie Felson, por derrotar al billar americano al mejor jugador de Estados Unidos, el Gordo de Minnesota.
Tras recorrerse Estados Unidos de costa a costa desafiando al billar a toda clase de jugadores de mediopelo a los que vaciaba los bolsillos, Eddie «el Rápido» decide viajar a Chicago, la Meca del billar estadounidense, para enfrentarse al mejor, al Gordo de Minnesota.
Allí conocerá la derrota, la humillación y la ruina fruto de su arrogancia, su alcoholismo y su tendencia a la vida crápula.
La derrota lo hundirá emocionalmente, lo llevará a una espiral autodestructiva de alcohol y bajos fondos y llegará a su autodestrucción absoluta cuando su incursión en el mundo del hampa le lleve a terminar con los dedos rotos e incapacitado para jugar al billar.
Sin embargo, El buscavidas es, sobre todo, una novela de redención y de segundas oportunidades, una historia de superación. Eddie Felson se recompone y sabrá jugar sus cartas para obtener una última buena mano con la que alcanzar la gloria y la fortuna.
El ritmo de El buscavidas es trepidante y agobiante. No da un respiro. La novela se lee en dos patadas porque es imposible soltarla. Atrapa al lector, lo deja hecho polvo, pero también lo hace disfrutar de lo lindo.
Lo sumerge en una atmósfera agobiante entre nubes de tabaco, vasos de whiski y garitos de billar con olor a cerveza rancia, donde el dinero sucio y polvoriento corre como la pólvora de mano en mano en miles de dólares.
Walter Tevis plasma en esta novela su pasión por el billar, por su complejidad y la honorabilidad de un juego que compara con el ajedrez pese a su mala fama de juego de embaucadores y trileros.
El buscavidas, aunque no es tan conocida como otras novelas de la misma época, como puede ser En el camino de Jack Kerouac, o El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger, es, sin embargo, una de las mejores novelas norteamericanas del siglo XX y, junto con El periodista deportivo de Richard Ford, una de las mejores novelas sobre deportes que se puede encontrar en una librería.
Para disfrutar de El buscavidas no es necesario ser un fan del billar, ni siquiera un entendido. Basta con dejarse envolver por un estilo oscuro, sucio, pero brillante donde Walter Tevis demuestra sus habilidades narrativas.