El difícil desafío que planean unos montañeros: subir el Everest desde Londres en siete días

Subir el Everest, la montaña más alta del mundo, es uno de los desafíos más extremos a los que se puede enfrentar un ser humano. Para llegar a la cima, hay que invertir mucho dinero y, sobre todo, estar en una forma física óptima. Aclimatarse a las condiciones que hay allí no es sencillo y muchos han acabado sucumbiendo ante un reto que sólo han conseguido 7.269 escaladores.

Este reto no se completa de la noche a la mañana. Lo más normal es estar entre uno y dos meses escalando hasta llegar a la cima. Sin embargo, un grupo de alpinistas de Londres se han propuesto completar este exigente desafío en tan solo una semana.

Y lo quieren hacer gracias a la ayuda de un gas que suele emplearse como anestésico y esta decisión ha generado, como es lógico y evidente, un gran revuelo y polémica en el mundo del alpinismo.

La hoja de ruta comenzará en Londres y estos cuatro alpinistas, todos ellos exmilitares, cogerán un avión con destino a Katmandú, la capital de Nepal, volarán en helicóptero hasta el campamento base del Everest y desde allí iniciarán la ascensión a la cima del mundo en solo unos días.

Al Carns, miembro del Partido Laborista de Birmingham, y sus tres compañeros planean subir al Everest en tan solo 168 horas, algo insólito si se tiene en cuenta el tiempo que suele tardar una persona normal en aclimatarse a las condiciones de la montaña ubicada en la cordillera del Himalaya.

«El tiempo empieza a contar cuando salimos de Heathrow y se detiene al regresar. Pensamos probablemente en un día de viaje, luego tres días de subida, dos de bajada y el último día de viaje», comentó Al Carns.

El reto está enmarcado dentro de lo que se llama '7 Days Mission Everest' y el objetivo de este insólito desafío, más allá de marcar un hito histórico, es el de recaudar dinero para las organizaciones benéficas dedicadas a apoyar a veteranos de guerra y sus familias.