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26 de abril de 2024

Los pilotos de Red Bull, Max Verstappen y Sergio Pérez, tras la clasificación del Gran Premio de Baréin

Los pilotos de Red Bull, Max Verstappen y Sergio Pérez, tras la clasificación del Gran Premio de BaréinEFE

La guerra interna en Red Bull que puede beneficiar a Fernando Alonso

Max Verstappen protagonizó una cómoda victoria en el Gran Premio de Baréin. La superioridad del Red Bull, sumado a la calidad del piloto, le permitieron distanciarse de sus rivales ya en las primeras vueltas de la carrera. El holandés comienza la temporada de la misma forma que terminó la anterior, dominando. Pero hay otro factor común entre esos dos momentos: la falta de confianza en su compañero de equipo.
A pesar del doblete de la escudería, con Verstappen primero y 'Checo' Pérez segundo, las sensaciones internas no son las mejores. En las conversaciones por radio entre el campeón del mundo y su ingeniero pudo comprobarse como el piloto no quiso aflojar su ritmo por el temor a que el mexicano recortase la distancia. Solo la insistencia desde el muro con un «me voy a aburrir de esto, hazlo», consiguió que 'Super Max' levantase el pie para cuidar su motor de cara a próximas carreras.
Ese recelo de Verstappen hacia Pérez confirma que la relación entre ambos pilotos sigue sin ser buena. La actitud del holandés en los últimos grandes premios de 2022 impidió al mexicano ser subcampeón del mundo. No se dejó adelantar y acabó por favorecer a Charles Leclerc en ese duelo por la segunda posición. Indignado, 'Checo' lamentó la ingratitud de su compañero de garaje y aseguro que ha sido doble campeón gracias a su ayuda.
Lo ocurrido en Baréin ha revitalizado los rumores sobre una posible salida de Pérez de Red Bull. Se habla de su vuelta a Alfa Romeo o incluso de la retirada. El regreso de Daniel Ricciardo a la escudería austriaca como piloto de reserva también ha sido vista por muchos como una amenaza para el mexicano. Pese a todo, 'Checo' opta por dejar de lado la presión, y asegurar que estos movimientos «no le afectan en nada».

El difícil papel de escudero

La jerarquía en el seno de las distintas escuderías de Fórmula 1 es muy complicada de gestionar. Pocos pilotos aceptan de buen grado permanecer en un papel secundario y las tensiones son habituales. El caso de Verstappen y Pérez es paradigmático, pero esas luchas internas se repiten en otras marcas. El propio Fernando Alonso optó por abandonar Alpine después de quedar decepcionado con el rendimiento del monoplaza y comprobar como su propio compañero, Esteban Ocon, ponía más empeño en defenderse de él que de otros rivales.
Otros equipos, como Ferrari, tratan de evitar los problemas dejando claro que sus dos pilotos compiten en igualdad de condiciones hasta que uno de los dos demuestre en la pista y en la clasificación su superioridad. Es por eso que el abandono de Leclerc y el cuarto puesto de Carlos Sainz en Baréin suponen un espaldarazo para el español en este inicio de temporada.

Pescar en río revuelto

Más allá de la lucha de egos, la tensión interna en Red Bull puede ser un factor que beneficie a los intereses de sus rivales. Fernando Alonso, Carlos Sainz, Charles Leclerc y compañía pueden encontrarse con un aliado inesperado si Verstappen y Pérez deciden agravar su lucha fratricida. El piloto de Ferrari ya sabe lo que es obtener beneficios de esa situación.
No solo es cuestión de ganar posiciones por causas como un posible choque o defensas enconadas. La insistencia de los ingenieros de Red Bull para que 'Mad Max' levantase el pie en Baréin tenían como objetivo el cuidado del monoplaza y su motor. Un desgaste excesivo en una situación tan cómoda como la que se vivía en el primer gran premio del año puede derivar en futuras penalizaciones en parrilla por el cambio de piezas. En los casos más extremos, ese desgaste puede provocar mermas en la fiabilidad del coche e hipotéticos abandonos.
La escudería austriaca parece dominar con puño de hierro en los primeros compases de la temporada, pero por detrás las cosas se han apretado mucho. Aston Martin se ha sumado a ese tren delantero en el que pelean Mercedes y Ferrari y todo apunta a que cualquier piloto puede compartir las plazas de podio con los Red Bull. Esa igualdad abre la puerta a una temporada llena de emoción y en la que la falta de entendimiento en el seno de los equipos puede tener serias consecuencias en el mundial.
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