El largo camino que debe recorrer el Real Madrid si quiere aspirar a competir por la Copa de Europa

El capitán lo dijo y cuando este capitán lo dice todo el mundo debe callarse. Federico Valverde señaló que faltó actitud en su equipo para ganar al Liverpool. Esa actitud que a él le sobra a raudales y que a tantos compañeros les falta en los partidos importantes. El Real Madrid perdió por esa flaqueza general.

Era el primer examen de verdad para evaluar el escalafón del Real Madrid en su anhelo de ganar la decimosexta Champions League y los hechos demostraron que a Xabi Alonso y a su plantel les queda mucho camino para ser competitivos en las aspiraciones al título continental.

El Real Madrid sabe mejor que nadie que para conquistar la Copa de Europa lo más importante es defender muy bien y ese es precisamente el problema principal del conjunto blanco. El Liverpool reeditó las escenas del Metropolitano y enseñó las costuras de la débil retaguardia española. La zaga madridista falla ante los rivales fuertes y de experiencia internacional. Y esa debilidad crece ostensiblemente en las jugadas de estrategia, un arma, el balón parado, que es fundamental en el fútbol del siglo XXI. La mayoría de los goles se consiguen así.

El Atlético y el Liverpool han dejado claro que el entrenador del Real Madrid tiene mucho trabajo por delante. Dos derrotas ante dos adversarios de la Liga de Campeones. Hay que corregir bastantes errores.

Las caras lo decían todo

El Real Madrid desvela puntos débiles cuando se enfrenta a enemigos de alto nivel. Su superioridad en la Liga española es manifiesta, pero desgraciadamente nuestra Liga no presenta ningún nivel comparativo para ganar la Copa Europa. Ahora mismo, Bayern de Múnich, PSG, Chelsea y Manchester City están uno y hasta dos puntos por encima del conjunto blanco. Y el Liverpool es un quinto jinete que también ha demostrado que puede vencerle a la hora de la verdad.

Las caras de varios jugadores del Real Madrid lo decían todo antes del partido de Anfield. Había demasiado respeto en las miradas. No era así cuando los blancos remontaron y vencieron por 2-5 en este estadio. No fue así en las dos finales ganadas al Liverpool en 2018 y 2022. Ese excesivo respeto denotaba preocupación. Y cuando un futbolista del Real Madrid demuestra preocupación es porque sabe que su equipo no está bien cuando compite al máximo nivel o porque se ve inferior al enemigo. Eso sucedió en Liverpool.

Entramos de lleno, con nombres, en la explicación de los talones de Aquiles del equipo español. Mourinho, Capello, Del Bosque, Benítez, Zidane, Ancelotti, todos los entrenadores del Real Madrid han valorado con el poso de la veteranía que la retaguardia es la línea decisiva para triunfar en esta competición. Y lo que no se esperaba nadie es que el baluarte de la zaga, Huijsen, fuera el factor más vulnerable. Ya enseñó situaciones de inseguridad frente al Atlético. En Liverpool se vio superado y sorprendido por la intensidad de la escuadra inglesa.

Aquí entra la autocrítica de Valverde cuando reflexiona que su equipo careció de intensidad y actitud. Güler también se vio desbordado por la energía local. Y Camavinga, habitualmente un toro, no demostró su fuerza y erró demasiados pases, un fallo que después se generalizó en el centro del campo y el ataque.

Pero volvamos a la faceta defensiva. La flojera de la zona de seguridad se agravó en las acciones a balón parado, que suponen la mayoría de los goles en el fútbol moderno del siglo XXI. En este ámbito, Militao también falló. En el estudio interno de Xabi Alonso y sus ayudantes queda patente que no se puede aceptar que el Liverpool tuviera cuatro remates consecutivos de cabeza muy claros hasta marcar por fin el gol, porque Courtois no podía detenerlo todo. Ese vídeo golpeará la cabeza de los futbolistas blancos durante mucho tiempo. Para que aprendan de golpe y les entre en la cabeza.

El capítulo de errores subraya igualmente que Vinicius se encargara de sujetar en el área madridista a un cabeceador nato como Virgil van Dijk. Le sacaba medio metro de altura. Las vigilancias estuvieron muy mal planificadas. Y así no se puede conquistar la decimosexta.

Los grandes deben aparecer

El análisis final incluye la mínima aportación ofensiva de Mbappé y Bellingham. El inglés generó una buena ocasión de gol y ya está. Vinicius lo intentó y fue el delantero más activo, aunque sin premio. Vivimos lo mismo en el Metropolitano. Esta insuficiencia destaca otro lema que dicta la experiencia de la Copa de Europa: para conquistar la corona continental es menester y de obligado cumplimiento que los grandes futbolistas aparezcan en los grandes partidos.

Di Stéfano, Gento, Puskas, Pirri, Amancio, Raúl, Roberto Carlos, Sergio Ramos, Cristiano, Casemiro, Benzema, Bale y el propio Vinicius han escrito páginas de oro del Real Madrid porque han protagonizado goles inolvidables en los momentos determinantes de la Champions. Jude celebró la decimoquinta junto a Vinicius. Ambos deben subirse al carro que lidera Mbappé para luchar por la decimosexta.

Alonso y sus pupilos tienen cuatro meses para mejorar estos puntos oscuros. La derrota en Inglaterra se ha producido en la liguilla y no será relevante si se reacciona bien. Pero no habrá más tiempo. Cuatro meses. En marzo comenzarán las eliminatorias por el gran título europeo y los puntos débiles tendrán que estar solventados. Intensidad, actitud, energía, seguridad defensiva, carácter, confianza. Al campo a trabajar.