Soldados durante el desfile de la Fiesta Nacional en el Paseo de la Castellana de Madrid
Defensa anula el requisito de estatura mínima para ingresar en el Ejército
El Supremo anuló en julio este requisito en la Policía Nacional al considerarlo discriminación indirecta hacia la mujer
El Ministerio de Defensa ha decidido que suprimirá el requisito de tener una estatura mínima para poder acceder al Ejército. Tan solo lo mantendrá para «aquellas unidades en las que la estatura constituya un requisito esencial y determinante».
Hasta ahora, los hombres necesitaban una estatura mínima de 1,60 metros y las mujeres, de 1,55 metros para poder ingresar en el Ejército. En breve se establecerá una nueva orden ministerial que suprima estos requisitos «para seguir avanzando en la igualdad de oportunidades y facilitar la atracción y captación de talento en las Fuerzas Armadas», asegura el Ministerio de Defensa.
Sentencia del Supremo
Pero lo cierto es que el pasado mes de julio, el Tribunal Supremo ya anuló el requisito de altura mínima para acceder a la Policía Nacional por considerarlo «discriminación indirecta» hacia la mujer. En el caso de la Policía, la estatura mínima de acceso era de 1,65 para los hombres y 1,55 para las mujeres.
El Supremo consideraba discriminatorio porque el 25% de las mujeres no alcanzan esta estatura que se les exige mientras que tan solo el 3% de los hombres no llegan a 1,65 metros de altura. Si en el Ejército la estatura mínima para los hombres es de 1,60 metros, serán muchos menos todavía los que no alcancen esta altura y, por lo tanto, sería todavía más discriminatorio.
De esta forma, Defensa modificará la orden, que databa de 2019, en la que se establecía unos mínimos de altura de la misma forma que lo hizo la Policía Nacional el pasado mes de octubre tras la sentencia del Supremo.
Por el momento, la Guardia Civil todavía no ha anunciado que vaya a suprimir el requisito de altura, si bien, el pasado mes de septiembre estableció una serie de medidas para aumentar la presencia de la mujer en la Benemérita que incluía la discriminación positiva.
Estas medidas, muy similares a las que también propuso la Policía Nacional, no sentaron nada bien entre las asociaciones y sindicatos policiales.
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