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29 de abril de 2024

Jaume Asens, Carles Puigdemont, Yolanda Díaz y Toni Comín, momentos antes de empezar la reunión

Jaume Asens, Carles Puigdemont, Yolanda Díaz y Toni Comín, momentos antes de empezar la reuniónEFE

El PSOE, Sumar y ERC entronan hoy a Puigdemont como persona clave para la investidura

Tres horas duró la reunión entre Yolanda Díaz y Carles Puigdemont, ambos flanqueados respectivamente por el negociador oficial Jaume Asens y Toni Comín, Eurodiputado de Junts también huido a Bélgica. La tercera diputada europea de Junts, Clara Ponsatí, no ha comparecido, quizás porque entra y sale de España como Pedro por su casa.
La reunión no fue en terreno neutral, Puigdemont no puede pisar España sin riesgo a ser detenido, así que el lugar de la misma fue el Parlamento Europeo dado que Puigdemont es aún europarlamentario. La Eurocámara le ha levantado la inmunidad y está siendo investigado por el instituto de Helsinki por sus vínculos con el Kremlin.
La precariedad política de Puigdemont y las sombras de sospecha de su relación con Moscú no han sido óbice para que la vicepresidente segunda, en funciones, posará sonriente con una persona reclamada por la justicia por alterar el orden constitucional e investigada por Europa por posible apoyo a operaciones de desestabilización de las instituciones europeas.

Puigdemont marca el ritmo

La intención de Díaz era que tras la reunión hubiera una comparecencia conjunta con Puigdemont en la que se anunciara solemnemente la apertura de negociaciones para facilitar la investidura de Pedro Sánchez, pero Puigdemont se ha negado y todo se ha limitado a un comunicado conjunto sin una sola palabra sobre la investidura y repleta de la retórica habitual separatista sobre «la resolución del conflicto», etc… En diplomacia los comunicados sin comparecencia son síntoma de frialdad; en este caso Puigdemont ha querido dejar claro que el ritmo de la negociación lo marca él.
Un cartel de apoyo al prófugo de la justicia española Carles Puigdemont

Un cartel de apoyo al prófugo de la justicia española Carles PuigdemontGTRES

Yolanda Díaz ha actuado como mensajera oficiosa de Sánchez, una especie de sherpa destinada a tantear el terreno y a facilitar el acuerdo y para cumplir con su cometido no ha tenido problema alguno en claudicar en todo: el lugar de la reunión, el formato de la misma, el comunicado y el contenido del mismo. Todo es poco para agradar a la persona que tiene en sus manos que Yolanda Díaz siga siendo vicepresidenta del gobierno.
La reunión en el Parlamento europeo es el preámbulo de la conferencia que hoy dará Puigdemont en Bruselas para, según el mismo ha anunciado, marcar las condiciones de la negociación para la investidura.
El acto será la puesta de largo de Puigdemont y el reconocimiento de todos los socios de Sánchez del papel fundamental del prófugo expresidente como muñidor del nuevo acuerdo de gobierno. ERC, eternamente enfrentada a Junts, ha anunciado que dos diputados suyos han viajado a Bruselas exprofeso para asistir a la conferencia de Puigdemont en un reconocimiento explícito de su papel subsidiario en la negociación. Junqueras concedió una entrevista a La Vanguardia 48 horas antes de la conferencia de Puigdemont, pero en realidad todo el mundo sabe que la pelota está en el tejado de Puigdemont porque Junqueras, Sánchez y Díaz están dispuestos a todo.
Carles Puigdemont y la vicepresidenta, Yolanda Díaz, en el Parlamento Europeo

Carles Puigdemont y la vicepresidenta, Yolanda Díaz, en el Parlamento EuropeoEFE

La conferencia se prevé de tono muy alto y exigencias de máximos para evitar problemas para los líderes de Junts en la manifestación del 11 de septiembre organizada por la ANC, que ya se ha apresurado a decir que «los partidos españoles no son de fiar» y que lo único negociable es «el resultado del referéndum del 1 de octubre».
La intervención de Puigdemont, guardada bajo llave para evitar cualquier filtración, insistirá en que España es un país autoritario donde se persigue a la gente por sus ideas políticas y marca como primera línea a rebasar por el PSOE y Sumar el reconocimiento de esta visión de España para avanzar en la negociación. En Bruselas se ha leído con detenimiento, y se comparte, el editorial del Washington Post que muestra su estupefacción porque España este en manos de una «minoría radical».

Dos fases

ERC y Junts, siempre a la greña, coinciden en que la negociación tiene dos fases. La primera debe consensuar los sobre los temas sobre los que hablar para llevar a cabo la negociación en si misma y la segunda fase, para garantizar los votos en la investidura, pasa por las cesiones concretas sobre los temas planteados: amnistía, referéndum de independencia, retirada de multas del Tribunal de cuentas, condonación de la deuda, plurinacionalidad, etc…
Tras la conferencia de Puigdemont los estrategas monclovitas llamarán a la calma y seguirán afirmando que la negociación será larga y constructiva mientras lanzan a sus constitucionalistas habituales a afirmar que casi todo cabe dentro de la constitución.
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