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La cacería de las liebres, actualmente en el Museo del Prado

La cacería de las liebres, actualmente en el Museo del Prado

Hace 100 años en El Debate

7 de julio de 1922: el expolio de las pinturas de la ermita de San Baudelio

Estas obras pertenecían a la considerada como Capilla Sixtina del arte románico

El 26 de julio de 1926, el vigilante de la ermita de San Baudelio envió un telegrama al entonces director del Museo Numantino de Soria y secretario de la Comisión de Monumentos de esta provincia en el que, de forma sencilla, anunciaba: «Sustracción total pinturas». De esta manera se informaba de que se acababa de consumar el expolio de las pinturas de la considerada Capilla Sixtina del arte románico.

Este funesto suceso sucedió entre los años 1922 y 1926, cuando se produjo de forma legal el expolio de los frescos a pesar de que el templo había sido declarado Monumento Histórico Artístico en 1917.

Todo empezó cuando Leone Levi, marchante de origen italiano, empezó a interesarse en 1922 por las pinturas e inició las gestiones para su compra por encargo del coleccionista Gabriel Dereppe, quien trabajaba a su vez para un anticuario internacional J. Demotte, que vendería algunos de los frescos a los museos norteamericanos. Fueron 65.000 pesetas lo que pagó Levi a los vecinos de Casillas de Berlanga, propietarios de la ermita.

Sin embargo, gracias a la acción de dos oficiales de la Guardia Civil y autoridades eclesiásticas lograron detener el proceso a tiempo y dejar el caso en manos de la justicia. La lucha finalizó tras una sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo en 1925 en la que se consideraba lícita la compraventa.

Se arrancaron 23 lienzos de San Baudelio y viajaron primero a Londres y después embarcaron en dirección a Estados Unidos. En 1927 el Museo de Boston adquirió dos lienzos: La Santa Cena-El Friso de meandros y Las Tres Marías ante el Sepulcro. El resto de la colección Dereppe pasó a ser propiedad de H.G.C. Clowes y M. Martindale, quienes años más tarde, donarían estas pinturas a varios museos norteamericanos.

En 1957 el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York prestó al Museo del Prado, en calidad de depósito indefinido, seis lienzos: El oso, El guerrero, Motivos decorativos, El elefante, La caza del ciervo, y La cacería de las liebres, como intercambio del ábside románico de la iglesia de San Martín de Fuentidueña (Segovia).

Tres de los lienzos restantes se encuentran en The Metropolitan Museum of Art –The Cloisters– de Nueva York, y seis de ellos posiblemente en el Cincinnati Art Museum, mientras que en el Indianapolis Museum of Art se encuentran dos.

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