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28 de marzo de 2024

A la derecha, necrópolis de el-Asasif donde pueden verse las tumbas excavadas en el macizo rocoso. A la izquierda, al fondo, el templo funerario de la reina Hatshepsut

A la derecha, necrópolis de el-Asasif donde pueden verse las tumbas excavadas en el macizo rocoso. A la izquierda, al fondo, el templo funerario de la reina HatshepsutPCMA UW Asasif Project/ P. Flaco

Hallan nueve cabezas de cocodrilos en dos tumbas egipcias en la necrópolis de Tebas

Este hallazgo es el primero con estas características en sepulturas, por lo que los especialistas del Centro de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia han calificado el descubrimiento de único

Un equipo de arqueólogos polacos de la Universidad de Varsovia han descubierto nueve cabezas de cocodrilo en dos tumbas pertenecientes a dos altos funcionarios del faraón Mentuhotep II (2009-1959 a.C.), en la necrópolis tebana, cerca del templo de la reina Hatshepsut en Egipto.
Fragmentos de la mandíbula de uno de los cocodrilos descubiertos en una de las tumbas de la necrópolis de el-Asasif

Fragmentos de la mandíbula de uno de los cocodrilos descubiertos en una de las tumbas de la necrópolis de el-AsasifPCMA UW Asasif Project/ M. Jawornicki/ U. Iwaszczuk

El equipo arqueológico polaco, dirigido por Patryk Chudzik, lleva estudiando desde 2013 las dos tumbas de esta necrópolis que fueron excavadas hace más de un siglo por el arqueólogo Herbert Winlock, del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MET). Una de ellas pertenece a un noble llamado Cheti, quien fue un importante funcionario durante el reinado de Mentuhotep II, y la segunda probablemente perteneció a un visir que sirvió en la corte del mismo faraón.

Un «descubrimiento único»

Este hallazgo es el primero con estas características en sepulturas, por lo que los especialistas del Centro de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia han calificado el descubrimiento de único. Estas cabezas no se encontraban momificadas, sino solo envueltas en tela y sin ningún tipo de tratamiento adicional, que al retirarlas se descubrieron los cráneos y mandíbulas, así como los dientes y osteodernos de estos animales. Además, según Chudzik, no es habitual el hallazgo de restos de cocodrilos en las tumbas, sino que suele ser algo más característico de los templos.
De acuerdo con el estudio de los ejemplares, los restos pertenecen a la especie Crocodylus niloticus, una de las cuatro especies de cocodrilos que habitan en África.
El informe publicado en Journal of African Archaeology trata de explorar la vinculación que pudo haber existido entre el difunto y el dios cocodrilo Sobek, divinidad de la fertilidad, la vegetación, la potencia creadora y protectora. Los antiguos egipcios asociaron a Sobek con los dioses Amón, Re, Horus, Herishef e incluso Seth. «El alma del difunto cuya tumba contenía cabezas de cocodrilo estaba protegida por Sobek y la forma combinada de Sobek-Re. De esta manera podría tomar la forma de un dios y así adquirir sus poderes para estar protegido frente a los peligros que acechaban en el más allá», concluye Chudzik.
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