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26 de abril de 2024

Torneo Eglinton de 1839 por James Henry Nixon en 1839

Torneo Eglinton de 1839 por James Henry Nixon en 1839

El último ejército privado de Europa: los 'Atholl Highlanders'

En 1839, el flamante Lord Glenlyon, decidió recrear el regimiento con funciones ceremoniales y de guardia personal

George Augustus Frederick John Murray (1814 – 1864) fue hijo del teniente general James Murray, primer barón de Glenlyon y Lady Emily Frances Percy, hija del duque de Northumberland.
En 1837 heredó el título y las propiedades de su padre –quien, a su vez, era hijo segundo del duque de Atholl y heredero expectante de su hermano mayor, el 5º duque, que no tenía hijos– y, amparándose en un precedente familiar, decidió crearse un cuerpo militar propio. Esto último sucedió en 1839.

El regimiento del duque de Atholl es el único ejército privado que queda en Europa

Resulta que en diciembre de 1777, el 4º duque había levantado, a su costa, un regimiento que se encuadró en el Ejército británico como 77º de infantería. Tras unas cuantas vicisitudes, el regimiento sería disuelto en 1783. Cincuenta años después, el flamante Lord Glenlyon, decidió recrear el regimiento con funciones ceremoniales y de guardia personal.
Piensen que estamos en pleno romanticismo. Las novelas de sir Walter Scott habían creado en el imaginario una visión idealizada del pueblo escocés y de sus costumbres. Hay una idealización romántica de la antigüedad y un afán de recreación, que hoy nos parecería pastiche. Uno de estos muchos actos de recreación fue el conocido como Torneo de Eglinton, que organizó, a su costa, el conde de ese título en sus propiedades, junto al castillo de Eglinton. Al torneo asistieron más de cien mil personas y fue un gran éxito en todos los sentidos, menos para las finanzas del conde. Durante el torneo, causó un gran impacto la aparición del ya duque de Atholl al frente de lo que se denominó «Atholl Highlanders». Todos iban ataviados con unos magníficos uniformes inspirados en el del decano de los regimientos escoceses: el 42º de infantería o «Black Watch».

Desde su creación, los Atholl Highlanders solo han cumplido funciones ceremoniales, de representación y escolta

En 1842 la Reina Victoria realizó una gira por el centro de Escocia y los Atholl Highlanders la dieron escolta. Lo mismo se repitió en 1844 con motivo de la estancia de la Reina en el castillo de Blair –camino a Balmoral–, propiedad y hogar del duque de Atholl, jefe del clan Murray. En reconocimiento por los servicios prestados en estas dos ocasiones, Victoria, decidió que se les entregaran estandartes a perpetuidad. De esta manera, este grupo de voluntarios disfrazados se convirtió, por obra y gracia de Su Graciosa Majestad, en un regimiento con estatus oficial en el ejercito británico.
Los Atholl Highlanders en desfile en 2017

Los Atholl Highlanders en desfile en 2017Wikimedia Commons

Desde su creación, los Atholl Highlanders solo han cumplido funciones ceremoniales, de representación y escolta. Esta última función ya solo se realizará con carácter simbólico, dejando la verdadera seguridad a profesionales, por la cuenta que les trae a los protegidos. El regimiento está armado con unos fusiles Lee Metford, fusiles de reglamento del ejército británico en el periodo entre la guerra de los Zulús (1879) y la Primera Guerra Mundial (1914-18) y una banda de música y gaiteros, que da más miedo que los fusiles. El regimiento del duque de Atholl es el único ejército privado que queda en Europa.
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