Picotazos de historia
Operación Clímax de Medianoche: la locura americana
La CIA llevó acabo una serie de operaciones caracterizadas por el uso indiscriminado de sustancias alucinógenas en personas, muchas de las cuales no fueron conscientes de ser objeto de análisis y estudio, es decir, sin su consentimiento
Durante más de 20 años –desde la década de los cincuenta hasta 1973– la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos de Norteamérica (CIA) llevó a cabo una serie de operaciones caracterizadas por el uso indiscriminado de sustancias alucinógenas. Estos experimentos se realizaron con seres humanos, en muchos casos no conscientes de estar siendo objeto de análisis y estudio y, por lo tanto, sin su aprobación y consentimiento. El nombre genérico fue Operación MK Ultra y, amparándose en él, llevaron a cabo experimentos que violaban cualquier frontera de la ética científica y de los derechos civiles. A los sujetos de estudios –voluntarios o no, conscientes del experimento o no– se les suministró LSD, psicofármacos, mescalina, barbitúricos, anfetaminas; individual o simultáneamente. Esto podía, a su vez, combinarse con: hipnosis, privación sensorial, aislamiento, tortura, abuso sexual, etc. En un experimento –realizado con voluntarios a quienes no se les informó de las consecuencias y riesgos– se les suministró LSD durante 77 días seguidos para estudiar los efectos de la droga sobre la personalidad. Lógicamente las secuelas, tanto físicas como psicológicas, fueron gravísimas.
En 1973, el entonces director de la CIA (Richard Helms) ordenó que todos los archivos relacionados con el Proyecto MK Ultra fueran destruidos. Aun así, en diciembre de 1974, el New York Times publicó un primer artículo sobre las actividades ilegales de la CIA con ciudadanos norteamericanos. Las subsiguientes comisiones de investigación permitieron que se conociera, al menos en parte, las dimensiones de la operación. Hay, al menos, una teoría que afirma que el uso indiscriminado de drogas alucinógenas, en los experimentos de la CIA, tuvieron como consecuencia la génesis del movimiento psicodélico en San Francisco.
El proyecto pretendía ser una investigación sobre la vigilancia, el chantaje sexual y de defensa psicológica frente a interrogatorios
Uno de los experimentos de la Operación MK Ultra –Operación Clímax de Medianoche– se hizo famoso por su delirante planteamiento. La CIA abrió casas de seguridad en San Francisco, Nueva York y Mills Valley (California). Estas casas de seguridad fueron transformadas en burdeles. Se contrataron prostitutas profesionales para su gestión y se las instruyó en técnicas de persuasión, y aprendieron formularios de preguntas para aplicar durante el periodo postcoital. Los incautos clientes –completamente ignorantes de lo que les iba a suceder– eran drogados ( el LSD era la droga favorita) y grabados mientras las señoritas les sonsacaban información o les inducían a cometer algún delito. Incluso el asesinato.
Por supuesto las victimas se cuidarían mucho de decir nada, sabiendo que habían sido grabados drogados y en paños menores. El proyecto pretendía ser una investigación sobre la vigilancia, el chantaje sexual, la alteración de la mente por medio de drogas, la anulación de la voluntad y de defensa psicológica frente a interrogatorios. Debido a que el uso de drogas fue más que liberal entre clientes y miembros del equipo de investigación, se sospecha que el experimento Operación Clímax de Medianoche se les fue de las manos a los agentes a cargo de las casas de seguridad/burdeles y que acabaron viviendo en un delirio lisérgico. El proyecto se clausuró en 1963.
En 1993 se pagó una indemnización de 750.000 dólares, más una disculpa presidencial y del director de la CIA, por la muerte del doctor Frank Olson: fallecido al caer por una ventana mientras estaba drogado con LSD, en 1953. El número de victimas y las consecuencias y secuelas generadas no se conocerá jamás.