Hans Axel von Fersen
Picotazos de historia
El triste y violento final del único verdadero amigo que tuvo María Antonieta
Hans Axel von Fersen, amigo personal de la Reina, fue uno de los organizadores de la famosa «huida de Varennes» y, hasta el último momento, se jugó la vida tratando de rescatar a la monarca de Francia de su destino
Hans Axel von Fersen (1755 – 1810) fue un noble sueco que llegó a ser Mariscal de Suecia, general de caballería, estadista y diplomático. Amigo personal de la Reina María Antonieta, fue uno de los organizadores de la famosa «huida de Varennes» y, hasta el último momento, se jugó la vida tratando de rescatar a la reina de Francia de su destino.
Grabado de la huida de Varennes
Si bien está fuera de dudas la existencia de una intensa relación platónica entre ambos, la sospecha de que pudiera haber habido algo más jamás ha sido probada. Fersen tuvo la precaución de ordenar la destrucción de su correspondencia secreta con María Antonieta. Lo que está claro es que su amistad no flaqueó en ningún momento y, muerta la Reina, su ánimo se transformó. Se volvió más torvo, sombrío y desagradable. El mismo declaró que nunca se casaría –cosa que cumplió– y dejó de disfrutar de la compañía de las mujeres y de la sociedad en general.
El Rey de Suecia
Fersen, con el tiempo, se convertiría en una de los principales consejeros y el más importante noble del reino tras su nombramiento como Mariscal del Reino de Suecia. Con todo no pudo impedir la caída y exilio del Rey Gustavo IV Adolfo y de su familia, tras una desastrosa guerra contra Rusia que supuso la perdida de Finlandia.
La corona sueca pasó a un hermano menor del Rey Gustavo III, quien reinaría con el nombre de Carlos XIII. Pero el nuevo Rey pasaba de los sesenta años de edad, no tenía hijos y su salud era delicada. Era una solución temporal mientras se encontraba una más duradera. En 1809 Carlos XIII sufrió un ataque al corazón y la gravedad de la situación obligó a elegir sucesor. Existían dos grupos opuestos en este sentido. Por un lado los «Gustavistas» que postulaban al hijo mayor de Gustavo IV y que estaban dirigidos por Fersen, que agrupaba a la nobleza del Reino; el otro grupo contaba con un mayor apoyo popular y abogaba por el príncipe Carlos Augusto de Augustemburg, perteneciente a una línea menor de los duques de Sondemburg. En este último recayó la elección y fue declarado heredero por el Rey. El nuevo príncipe heredero fue recibido con júbilo por la mayor parte de la nación pero, lamentablemente, falleció súbitamente mientras pasaba revista a unas tropas, el 28 de mayo de 1810. Tenía 42 años y llevaba apenas nueve meses como heredero del reino de Suecia.
Acusado de matar al príncipe
El funeral tuvo lugar el día 20 de junio. El coche fúnebre partió del palacio real de Estocolmo acompañado por un escuadrón de de caballería, la Guardia Real y una comitiva de coches de la nobleza encabezada por el del Mariscal Fersen. Los rumores y sospechas de envenenamiento eran fuertes entre el pueblo, lo mismo que su frustración y resentimiento, por ello el tono de los insultos contra Fersen fue elevándose a medida que avanzaba la comitiva. Al llegar a la Riddarhustorget –plaza pública en el centro histórico– el coche de Fersen fue asaltado por la multitud que le acusaba de la muerte del príncipe.
Von Fersen asesinado por la mafia
El mariscal fue arrancado de su asiento, le quitaron la espada y la casaca. Con un supremo esfuerzo consiguió librarse de las manos que le sujetaban y se volvió hacia el escuadrón de caballería, pero los oficiales impidieron que nadie intentara evitar el linchamiento. Las tropas y miembros del gobierno y de la nobleza dejaron que fuera asesinado. Fersen fue golpeado, desnudado y muerto cuando un sujeto, Otto Johan Tandefelt, saltó sobre su pecho rompiéndole la caja torácica.
Las tropas y miembros del gobierno y de la nobleza dejaron que fuera asesinado
Así fue el triste y violento final del único verdadero amigo que tuvo María Antonieta. Tras el crimen se llevó a cabo una investigación que probaría la inocencia de Fersen en la muerte del príncipe heredero. En compensación se le hicieron funerales de Estado, magra reparación de lo que fue un crimen de estado: el pueblo de Suecia necesitaba alguien a quien culpar y el gobierno les entregó a la persona más odiada del reino. Tandefelt, el asesino de Fersen y uno de los poquísimos condenados por los sucesos del 20 de junio, fue indultado por Carlos XIII al poco tiempo de su condena. Viajó a Estados Unidos de Norteamérica y nunca más se supo de él.
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