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24 de abril de 2024

El estancamiento del Sahara español en 1925

El estancamiento del Sahara español en 1925

El estancamiento del Sahara español en 1925: «Se vive allí un aislamiento tan grande»

En abril de 1925 el Gobierno decidió enviar al Sahara español una comisión para conocer el estado de los territorios, incluida la franja sur de Protectorado o de Tarfaya

La Dictadura de Primo había optado por invertir en las colonias africanas y promocionar su desarrollo mediante un aumento del gasto presupuestario. Para ello necesitaba conocer la situación. En abril de 1925 el Gobierno decidió enviar al Sahara español una comisión para conocer el estado de los territorios, incluida la franja sur de Protectorado o de Tarfaya. Al frente iba el general Ruiz Trillo y lo acompañaban Manuel Gómez y Salvador Múgica. La intención oculta era cuestionar la labor del coronel Bens que llevaba ya 22 años como gobernador. En aquel momento era delegado del alto comisario para Cabo Juby e inspector general del Sahara.
Francisco Bens Argandoña, uno de los primeros gobernadores del Sáhara español

Francisco Bens Argandoña, uno de los primeros gobernadores del Sáhara español

Es cierto que Bens tuvo una labor política muy acertada, que estableció lazos con los habitantes del desierto y ocupó Cabo Juby pacíficamente en 1916 y que hubiera hecho lo mismo con Ifni si no se hubieran opuesto Francia. Pero los españoles vivían constreñidos en puestos y fuertes, era peligroso adentrarse en el territorio, no se controlaba la posesión de los mismos y no había avances.

Constreñidos en puestos y fuertes

La visión de Ruiz Trillo es desconsoladora, usando su palabra. En Cabo Juby (que luego se llamará Villa Bens), tras nueve años solo se había construido una estación radiotelegráfica. Los españoles se alojaban en una vieja casa construida por un comerciante inglés en 1887 y en un pequeño fuerte. No se avanzó en el conocimiento topográfico levantando mapas nuevos. Los alimentos y el agua dulce llegaban en barco desde Canarias. «Se vive allí un aislamiento tan grande, que es peligroso separarse un kilómetro de la posición», se lee en la Memoria del general.

Se achacaba a Bens una costosa política de regalos indiscriminados a los indígenas

Sin labor política: el médico tenía prohibido atender a los enfermos de los poblados. De vez en cuando aterrizaban aviones franceses de la empresa Latecoère. Se achacaba a Bens una costosa política de regalos indiscriminados a los indígenas, con un gasto elevado, ausencia de tratos comerciales de importancia y favorecimiento a las compañías privadas de aviación.
Parece ser que en Río de Oro (Villa Cisneros), la situación estaba un poco mejor, aunque la zona útil que los españoles dominaban se limitaba a un perímetro alrededor del fuerte.
Al sur del Sahara Español se encuentra la península de Cabo Blanco. La mitad era española y la otra mitad, sobre la bahía del Galgo, francesa. En la española se levantó la posición de La Güera o Agüera (actualmente abandonada), y en la francesa Port Étienne (hoy Nuadibú). En 1925 había poco: una factoría de la compañía Marcotegui que, por cláusula en la concesión de 1921, debía construir los edificios necesarios para la administración y gobierno. No se había hecho sino aplazar las obras sin que hubieran comenzado cuando Ruiz Trillo visitó el lugar. Se alegaba que debían buscar el emplazamiento y levantar el plano topográfico, luego que se eligió otro lugar al previsto inicialmente, etc. Se sospechaba que una connivencia entre el inspector del destacamento y la empresa, sin demostrar, favorecía los intereses de ésta.
Si sobre los medios de colonización el general Ruiz Trillo se expresa con palabras graves, acerca de la administración no mejora sus opiniones. La contabilidad se llevaba sin atender a los requisitos marcados en la ley, adolecía de falta de justificación en los gastos, que eran anticipados por la factoría de la Compañía Trasatlántica, ante los retrasos de envío de fondos desde Madrid. Los gastos reservados eran excesivos y, en algunos casos, poco justificados.

la Memoria del general viene a demostrar algo sabido y que era conocido en la época: el abandono de los territorios españoles en el Sahara

Con independencia de los términos empleados, la Memoria del general viene a demostrar algo sabido y que era conocido en la época: el abandono de los territorios españoles en el Sahara. No tenían utilidad económica porque no se le había sabido buscar. No se tenía ocupado y puesto bajo autoridad el territorio por falta de voluntad política y de fuerzas armadas suficientes. Se mantenía una soberanía casi exclusivamente nominal porque no planteaba problemas ni gastos excesivos, ni era apetecido por otros países más poderosos.
La Memoria es demasiado dura con el coronel Bens, lo que hace pensar que la misión de Ruiz Trillo estaba orientada a desprestigiar su labor para sustituirlo. Las palabras son fuertes: «Quizás el mucho tiempo que el coronel lleva en esta parte de África, su decaimiento por el abandono en que los Gobiernos han tenido aquello y la falta de plan y de horizonte; el clima, la edad y alguna otra causa, hacen que aparezca como cansado y el recibir a los moros, oír sus conversaciones y hasta comentarlas es ahora cosa superior a sus fuerzas…».

La propuesta de reforma de Ruiz Trillo

Ruiz Trillo no había vivido nunca en el Sahara. Se había hecho una idea al conocer la deficiente administración de Bens; lo censura, pero no considera en detalle las atenuantes como la falta de dinero, comunicaciones y personal. No obstante, como es propio de un trabajo de este tipo, hace unas largas consideraciones para reformar el gobierno saharaui. El general propone el cambio de Bens por una «persona hábil, acreditada en servicios políticos en país musulmán, conocedor de sus usos y costumbres y del idioma». Es decir, el comandante Capaz. Al nuevo jefe se le debían dar instrucciones claras sobre comportamiento con los nativos y restricción en los regalos sin motivo y sin control. En concreto:
  1. Elegir un indígena para aumentar su prestigio entre los suyos, nombrarlo delegado del jalifa o caíd. Darle competencias en orden público para perseguir el delito e incluso encarcelar, auxiliado por una pequeña fuerza de mehazníes. Para favorecer su autoridad, regalarle una gumía o pistola. Integrado en la administración colonial, sería el encargado de someter a la población.
  2. Constituir una fuerza de policía indígena bien pagada.
  3. Buscar agua potable en cabo Juby y Villa Cisneros. Posteriormente se acometería la construcción de faros, embarcaderos y caminos.
  4. Suprimir el puesto de La Güera.
  5. Enviar intérpretes.
  6. Fomentar el intercambio comercial como principal factor de integración y desarrollo. Comprendía que los territorios no iban a aportar riqueza a España, pero podían someterse mediante una política de control más férreo.
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