Un viaje en barco por la Historia de España

El pasado jueves 14 de septiembre se llevó a cabo la segunda edición del seminario naval en la universidad CEU San Pablo, que este año tuvo como tema central al marino español Jorge Juan y la España Moderna. En el evento participaron figuras como el nuevo director del Museo Naval, el almirante Enrique Torres o el reconocido historiador Christopher Storr, quien además tiene cuatro obras dedicadas enteramente a la historia de España.

El poder naval español y la reacción británica

El también profesor de la universidad de St. Andrews, Christopher Storr, ha inaugurado esta serie de conferencias hablando sobre la reacción británica ante el poder naval español en el siglo XVIII. El hispanista ha dejado ver que comparte la opinión de los que piensan que se ha exagerado muchísimo la decadencia de los últimos Austrias. «El poder es siempre algo relativo, la Armada de España nunca podría igualar a la de Gran Bretaña; entonces por qué restarle importancia».

Storr defiende que la armada española era la tercera más grande por detrás de Gran Bretaña y Francia, pasando al segundo lugar tras la Revolución Francesa. En la segunda mitad del siglo estaba mejor financiada que el ejército, sin embargo, no se libró de ser víctima de la arrogancia de Gran Bretaña.

El interés británico fue mayor debido a las oportunidades de comercio en España y el Mediterráneo, lo que más temían era que la España borbónica pudiera ayudar a Francia, aquí es cuando los historiadores hablan de una posible segunda Guerra de los Cien Años ya que las relaciones entre las dos coronas borbónicas estaban más matizadas.

El autor se encuentra ahora mismo escribiendo su próxima obra que hablará sobre el espionaje y la inteligencia en Europa entre 1500 y 1600.

El desarrollo de la flota

Otra de las sesiones más interesantes del día fue la impartida por Rodrigo Pérez Fernández, Doctor en Ingeniería Naval y MBA. Profesor Asociado en la ETSI Navales (Universidad Politécnica de Madrid) quien ha contado la transformación de la Armada española con el objetivo de desarrollar una flota de alto rendimiento que rivalizara con las mejores de la época.

A diferencia de otros proyectos de gran envergadura histórica, este esfuerzo no fue liderado por una sola persona, sino que fue el resultado de una colaboración dirigida por la Corona y fundamentada en la ideología común de mejorar la tecnología naval de la época.

Como ha contado el Doctor Pérez Fernández, el Marqués de la Senda implementó una serie de medidas que sentaron las bases para esta modernización. En primer lugar, introdujo un sistema de financiamiento sostenible mediante un impuesto único, lo que garantiza un flujo constante de recursos para la construcción naval. Además, abogó por la abolición de los privilegios y rentas particulares que habían obstaculizado previamente los esfuerzos navales.

También implementó aranceles y comisiones sobre todas las operaciones financieras de particulares, centrándose en mejorar las infraestructuras donde se fabricaban los navíos, como Cartagena y Ferrol, con el objetivo de aumentar la capacidad de producción y el alcance de la armada.

Reconociendo la importancia de la educación y la tecnología de la época, el Marqués abogó por mejorar los conocimientos y aligerar los tiempos en los que se construían los navíos. Se promovió la estandarización de los modelos de construcción enviando al ingeniero Jorge Juan, quien tuvo un papel crucial, a espiar y adquirir conocimientos del sistema naval inglés, con una notable influencia del Arsenal de Woolwich.

Estos constructores británicos ayudaron a establecer la Junta de Constructores, que definió reglas y medidas para la construcción naval. Algunas de las características técnicas más destacadas incluyen la influencia del establecimiento británico y mejoras como la sucesión de cuadernas, el despliegue de los dormidos de popa y la estandarización de los reglamentos de madera.