
Se han encontrado más de 30 piezas de ajedrez hechas a mano escondidas bajo el suelo en Auschwitz
Una distracción para escapar de la dura realidad: descubren piezas de ajedrez bajo el suelo de Auschwitz
Según los trabajadores del Museo, «el ajedrez y las cartas eran juegos populares que la gente podía fabricar con piezas de cartón o madera adquiridas ilegalmente. Consideraban las actividades mentales como un respiro de la brutal realidad del campo»
Entre 1940 y 1945 alrededor de 1,3 millones de personas fueron deportadas por las SS y la policía al complejo de campos de Auschwitz: de estos deportados, aproximadamente 1,1 millones de personas fueron asesinadas. Este infame campo de concentración obtuvo la tasa más alta de muerte, pero también la tasa más alta de supervivencia de los centros de exterminio.
Cuando finalizó la guerra, el Gobierno de Polonia transformó, en 1947, parte de estos espacios en un Museo Estatal dedicado a la memoria de las víctimas de dicho campo de concentración, trabajo forzado y exterminio nazi, así como la conservación del propio espacio (Auschwitz I y Auschwitz II-Birkenau) y los objetos históricos que este contiene.

Entrada al campo de concentración Auschwitz
Ha sido, precisamente bajo el suelo de estas instalaciones, donde los trabajadores del Memorial y Museo de Auschwitz-Birkenau han descubierto, durante las obras de renovación de la primera planta del antiguo bloque 8 de prisioneros del campo, 35 piezas de ajedrez hechas a mano.
La colección se compone de diferentes casillas de cartón con las figuras de torres, alfiles, peones y caballos: «Varios dibujos pueden estar un poco borrosos, pero las imágenes de torres, peones, alfiles o caballos siguen siendo fácilmente distinguibles. No obstante, el conjunto está incompleto, y algunas cajas ya no tienen ningún rastro del dibujo», advierte Elżbieta Cajzer, directora de las Colecciones del Museo, pero también afirma que el análisis previo «muestra que los objetos están en buen estado de conservación» y que ahora se procederá a someterlas a un «tratamiento» para su preservación.Un hallazgo que narra la vida de los prisioneros
Y añade que «lo importante no eran las cualidades estéticas, sino la funcionalidad, la facilidad de transporte y la rapidez de ocultación». Por otro lado, Magdalena Urbaniak, encargada de la exposición principal del Museo, considera que para escapar de la dura realidad del campo, los prisioneros intentaban pasar su tiempo libre jugando: «El ajedrez y las cartas eran juegos populares que la gente podía fabricar con piezas de cartón o madera adquiridas ilegalmente. Consideraban las actividades mentales como un respiro de la brutal realidad del campo», explica Urbaniak.

Piezas de ajedrez hechas a mano
Según recuerda el superviviente Jan Dziopek, que trabajaba como almacenista en la carpintería del campo, recibía muchos encargos de los soldados nazis y aunque se resistía a cumplirlos, al final cedía porque de esa manera «bajo la apariencia de trabajar para ellos, podía satisfacer las peticiones de mis colegas, que me pagaban con raciones de pan o sopa del campo».
Las 35 piezas de ajedrez formarán parte de una próxima exposición en su localización original, en el Bloque 8, centrada en la vida cotidiana de los prisioneros del campo. Según detalla la responsable de la muestra, los objetos formarán parte de La hora de la noche, un itinerario que gira en torno «al breve tiempo teóricamente libre de los presos entre el pase de lista vespertino y la declaración del toque de queda».
La exposición, que subraya el carácter clandestino de estas actividades, pretende reflejar la desesperada búsqueda de evasión mental y consuelo de los prisioneros a través de juegos como el ajedrez y las cartas elaboradas con cualquier material que pudieran encontrar.