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16 de abril de 2024

Central nuclear de Zaporizhia

Imagen de los seis reactores de la Central nuclear de ZaporizhiaAFP

Día 171 de guerra en Ucrania

El descontrol en la central de Zaporizhia desata el pánico a un accidente nuclear en Ucrania

El subdirector del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente Dmitry Medvedev, amenazó con un «incidente» en alguna de las centrales nucleares en la Unión Europea si no frenan a Ucrania

Hasta cinco misiles cayeron la noche del jueves al viernes junto a la central nuclear ucraniana de Zaporizhia y, una vez más, rusos y ucranianos se acusaron de estar detrás del ataque.
La planta, en poder del ejército ruso desde el inicio de la invasión de Ucrania, se encuentra en una situación delicada con constantes bombardeos, un personal técnico ucraniano que trabaja bajo presión y «a punta de pistola», y con una gestión rusa errática.
Según denunció el organismo de la energía atómica de Ucrania, Energoatom, Rusia está tratando de desconectar los seis reactores de la central de la red eléctrica ucraniana y conectarla a la rusa, lo que estaría comprometiendo la seguridad de la central.
Además, Rusia emplea las instalaciones de la central como escudo y ha almacenado ingentes cantidades de armamento en la planta y efectúa ataques desde el área para evitar la respuesta de la artillería ucraniana.
La ONU ha exigido tanto al Ejército ucraniano como al ruso que se abstengan de bombardear la central y ha reclamado el establecimiento de una zona desmilitarizada en la planta nuclear.
Sin embargo, Rusia ha rechazado la petición pues, según el representante de Rusia ante la ONU, Vasily Nebenzya, una retirada rusa dejaría la central «vulnerable ante provocaciones y ataques terroristas».
Por medio de su portavoz, el Ejército ucraniano negó haber atacado la planta: «Las fuerzas armadas ucranianas no dañan la infraestructura de la planta, no atacan objetivos que puedan poner en peligro a la población».
Energoatom acusó a Rusia de atacar sus propias posiciones en la planta para acusar a Ucrania de provocar un desastre nuclear.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que «sólo la retirada total de los rusos y la completa restauración del control de Ucrania en la estación pueden garantizar la seguridad nuclear en toda Europa».
El presidente de Energoatom, Petro Kotin, advirtió de que, si uno solo de los misiles golpea el contenedor del combustible nuclear gastado, se provocaría un desastre similar al de Fukushima o Chernóbil con la liberación de desechos altamente radiactivos.
Otro peligro al que se enfrenta la central es que los bombardeos interrumpan el proceso de enfriamiento de los reactores, lo que haría que las barras de combustible se calienten y provoquen una fusión del núcleo.
Rusia, por su parte, no está dispuesta a renunciar a la carta de la central nuclear. Su alto valor estratégico y propagandístico la han convertido en una pieza clave para los planes del Kremlin.
Moscú ha encontrado en estas instalaciones un elemento perfecto para chantajear a Occidente, y en particular a Europa, con un desastre nuclear si no se pliega a sus exigencias, y, al mismo tiempo, ha convertido las instalaciones de la central nuclear de Zaporizhia en un punto avanzado desde donde atacar al ejército ucraniano.
Dmitry Medvedev, vicepresidente del consejo de seguridad de Rusia y expresidente de la Federación, publicó en Telegram una amenaza nada sutil dirigida contra los países europeos.
Tras acusar a Ucrania de bombardear la central nuclear para provocar un nuevo Chernóbil, amenazó con provocar un desastre nuclear en la Unión Europea: «Que no se olviden de que también en la Unión Europea hay centrales nucleares. También en ellas se pueden producir incidentes».
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