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28 de marzo de 2024

A U.S. Air Force F-16 Fighting Falcon flies over Afghanistan, March 17, 2020. The F-16 Fighting Falcon is a compact, multi-role fighter aircraft that delivers war- winning airpower to the U.S. Central Command area of responsibility. (U.S. Air Force photo by Tech. Sgt. Matthew Lotz)

Aviones de combate F-16 de la Fuerza Aérea de EE. UU.US Air Force

342 días de guerra en Ucrania

Ucrania pone contra las cuerdas a los aliados y presiona para que envíen aviones de combate

Una semana después de que los aliados aprobarán el envío de los carros de combate, Kiev presiona para conseguir los cazas F-16 y F-35

Una vez superadas las diferencias entre los aliados en cuanto al envío de carros de combate a Ucrania, llega un nuevo obstáculo que superar: los aviones de combate. Alemania y Estados Unidos se enfrentan de nuevo a las presiones de Kiev en torno al envío de armamento militar. La semana pasada, Berlín, y tras haberse negado en varias ocasiones al envío de Leopard 2 al frente, cedió a las presiones de los aliados, principalmente de Washington, y anunció el suministro de 14 de estos carros de combate, además de que aceptaba que el resto de países enviaran Leopard a Ucrania.
Con los Abrams, de fabricación estadounidense, los Challenger, de Reino Unido y los Leopard, alemanes, en camino, los altos mandos militares ucranianos ya exigen el suministro de los aviones de combate. El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Réznikov, adelantó que ahora Ucrania espera recibir los ansiados cazas estadounidenses F-16 y F-35, además de los Eurofighters, Tornados, Rafales franceses y Gripen suecos.
El asesor principal del presidente ucraniano, Mijailo Podoliak, afirmó que se estaban manteniendo conversaciones «aceleradas» con los aliados sobre este asunto. El asesor aseguró que Occidente comprende «la necesidad de proveer aviones de combate capaces de dar cobertura aérea a los carros de combate».
Sin embargo, el político ucraniano, en una entrevista al Kyiv Post, este martes, aseguró que Alemania acabaría cediendo y enviará aviones de combate. Podoliak espera que esta decisión se tome el próximo 14 de febrero, cuando tendrá lugar la reunión de los aliados de Ucrania, en Rammstein, Alemania. Tras el último encuentro de esta envergadura, Berlín dio luz verde el envío de los Leopard 2, mientras que Washington anunció el suministro de 31 Abrams.
Alemania no sólo ha tenido que hacer frente a la presión por parte de Estados Unidos, sino que, dentro de su propio Gobierno, las tensiones por el suministro de carros de combate a Kiev han provocado un desgaste de la coalición, en la que junto a los socialdemócratas gobiernan verdes y liberales. La 'coalicion del semáforo', como se conoce al Ejecutivo alemán, ha diferido desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en el tipo de ayuda militar que debe recibir Kiev.
Mientras que los socios minoritarios han exigido la entrega de carros de combate, Scholz se ha mostrado más precavido a la hora de plantear la entrega de armamento pesado. Entre sus reticencias, pesan mucho las razones históricas. De hecho, el asesor presidencial ucraniano, aunque ha dado por hecho que finalmente, Berlín, acabará enviado aviones, así como hizo con los carros de combate, puntualiza que es necesario evaluar «correctamente el papel de Alemania».
«En el siglo pasado, fue el país que realmente destruyó la libertad en Europa y todavía está expiando ese error», explicó Podoliak, aun así resalta que «está asumiendo gradualmente el papel de líder». Francia, por su parte, se ha mostrado más receptivo a esta petición. El presidente de la República, Emmanuel Macron, afirmó que «no se descarta nada».
Estados Unidos, sin embargo, zanjó cualquier tipo de debate sobre el envío de cazas F-16 a Kiev, y con un rotundo «no» contestó el presidente estadounidense, Joe Biden, a las preguntas de los periodistas sobre el asunto. Aunque, posteriormente, puntualizó que «hablará» con su homólogo ucraniano. Asimismo, según publicó Político, altos funcionarios del Departamento de Defensa estadounidense admitieron que no se opondrían al envío de aviones de combate.
Ucrania retoma así una lucha que ya inició el pasado año, cuando Polonia reveló sus planes para transferir sus MiG-29 a Kiev, pero que finalmente no se materializó, tras no llegar a un acuerdo sobre el papel potencial que Washington jugaría en la adquisición. Por ahora, Occidente parece que prefiere agotar otras opciones, como el suministro de drones o misiles de largo alcance, antes de ir un paso más allá de los carros de combate.
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