el envío de aviones de combate a Ucrania ha vuelto a abrir una brecha entre los aliados. Mientras que países como Polonia abogan por dar un paso más en el apoyo a Kiev, Alemania o Estados Unidos se han mostrado más cautos al respecto.
Poco a poco, Washington ha ido matizando su negativa. El domingo, Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas (ONU), dio a entender que la postura de su país, en cuanto al suministro de los F-16, podría cambiar.
Thomas-Greenfield aseguró que «están teniendo conversaciones sobre el terreno con los ucranianos», según recoge The Guardian. Además, explicó que estaban trabajando «muy de cerca y directamente» con Kiev para identificar «cuáles son sus necesidades y cuándo».
Declaraciones que contradicen directamente al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que, a finales de enero, contestó con un tajante «no» al ser preguntado si accedería a la solicitud de Kiev. Sin embargo, la embajadora estadounidense en la ONU explicó que «no ayuda» que Estados Unidos suministre sistemas de armas que las fuerzas ucranianas no pueden usar ni mantener.
En este sentido, Thomas-Greenfield detalló que, ante todo, es necesario asegurarse de que tengan «el entrenamiento necesario y la capacidad de usar los sistemas de armas que les proporcionamos». Estados Unidos ha sido el mayor aliado del Gobierno de Volodimir Zelenski, tras la invasión rusa de Ucrania.
Un apoyo que ha quedado más que demostrado hoy con la visita sorpresa de Biden a Kiev. El mandatario estadounidense anunció una ayuda adicional al Ejército ucraniano por valor de 500 millones de dólares.
Esta nueva ayuda militar incluirá «equipos críticos, incluida munición de artillería, sistemas antitanque, radares de vigilancia aérea para ayudar a proteger al pueblo ucraniano de los bombardeos aéreos», confirmó Biden.
A pesar de este nuevo anuncio, el presidente estadounidense no hizo mención alguna a los caza F-16. Aunque desde Ucrania insisten en que están involucrados en conversaciones de «vía rápida» con los aliados occidentales para conseguir finalmente que lleguen los aviones de combate.