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Trump bloquea el ingreso de nuevos estudiantes extranjeros en Harvard por motivos de seguridad nacional

Trump bloquea el ingreso de nuevos estudiantes extranjeros en Harvard por motivos de seguridad nacionalAFP

Primera sesión del pulso judicial entre Trump y Harvard

El enfrentamiento entre el hombre más poderoso del planeta y la universidad tiene un único punto del día en la jornada de hoy: el recorte de financiamiento federal.

Harvard y Donald Trump se enfrentan hoy en los tribunales. El cara cara esperado entre el presidente de Estados Unidos y las autoridades de la prestigiosa universidad no será tal: en este vista únicamente estará presentes sus abogados.

El enfrentamiento entre el hombre más poderoso del planeta y Harvard tiene un único punto del día en la jornada de hoy: el recorte de financiamiento federal.

La jueza distrital Allison D. Burroughs escuchará los argumentos orales de las partes, y aunque es poco probable que emita un fallo inmediato, sus reacciones e interrogatorio serán un buen indicador.

Ambas partes han solicitado un proceso judicial express, lo que significa que la magistrada decidirá, sin necesidad de desarrollar un juicio completo, su veredicto.

La Universidad de Harvard, como recogen The New York Times y la publicación Harvard Crimson , argumenta que las demandas extraordinarias de la administración Trump violan los requisitos procesales y los derechos otorgados por la Primera Enmienda. Entre otros, los cambios en los procesos de contratación y decisiones de admisión, además de la exigencia de informes obligatorios al gobierno sobre ciertos departamentos y áreas académicas.

La Primera Enmienda

La Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos protege a individuos, instituciones y empresas contra la censura y represalias de gobiernos. Harvard sostiene que el Gobierno intenta censurar, entre otras, la libertad académica de su institución.

Este proceso ocurre en medio de una cruzada sin precedentes de la Casa Blanca contra la educación superior. El presidente Trump intenta reducir la influencia de lo que considera un bastión del liberalismo en Estados Unidos.

Trump insiste en que la universidad ha violado disposiciones importantes de derechos civiles y ha fallado en proteger a estudiantes y profesores judíos frente a grandes protestas en el campus relacionadas con el conflicto entre Israel y Palestina desde 2023.

Cartas intercambiadas entre la administración y la institución —especialmente por parte de la secretaria de Educación, Linda McMahon— revelan que las quejas de Donald Trump van más allá de las preocupaciones mencionadas: se resiente de la ausencia de voces conservadoras en la universidad y no aprueba el uso que Harvard hace de las subvenciones federales.

Ambas partes han intentado sin éxito llegar a un acuerdo en privado. Harvard ha buscado resolver su disputa con el Gobierno sin parecer que está cediendo ante la voluntad del presidente Trump y este se ha abierto a negociaciones sin éxito.

El presidente de Estados Unidos busca un fallo judicial contundente para reforzar sus política de presión no solo sobre Harvard, sino también sobre otras instituciones. Una victoria para Harvard podría debilitar significativamente esa capacidad del Gobierno. También reforzaría la independencia académica y alentaría a otras instituciones a resistir posibles excesos por parte de esta Administración.

La universidad ha recibido un amplio respaldo de decenas de otras universidades, unos 12.000 exalumnos y más de 21 estados la respaldan en este enfrentamiento.

En medio del conflicto se produce otra batalla: la capacidad de Harvard para matricular estudiantes internacionales que Donald Trump ha intentado prohibir. Harvard ha conseguido varias órdenes judiciales temporales para evitar que se ejecute esa medida que supondría una pérdida en torno al 27% de su alumnado.

La Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) envió la semana pasada citaciones a la universidad en su intento por impedir que estudiantes extranjeros asistan a la institución, algo que Harvard calificó como «injustificado».

Falta de confianza

Aunque la mayoría de los estadounidenses desaprueba el enfoque duro que Trump está adoptando con Harvard, ha habido una caída significativa en la confianza pública hacia la educación superior, impulsada por preocupaciones sobre el sesgo ideológico y el aumento del costo de la universidad.

Alan Garber, presidente de la Universidad de Harvard, ha reconocido en gran medida las preocupaciones sobre la necesidad de ofrecer una mayor diversidad de perspectivas, y asume que es necesario cambiar las percepciones sobre la educación superior para garantizar su competitividad futura.

Sin embargo, Garber se opone a la forma en que el gobierno se está involucrando en este proceso y afirma: «Las acciones represivas en curso de la Administración llegan mientras Harvard continúa defendiendo a la institución, a sus estudiantes, profesores y al personal, frente al nocivo intervencionismo del Gobierno».

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